Xabier Peñalver, director de las excavaciones de Praileaitz, calificaba de «kafkiana» la situación de este yacimiento ubicado en Deba y, a la luz de los acontecimientos, hasta podría quedarse corto. Peñalver comparecía ayer junto a la diputada guipuzcoana de Cultura, Ikerne Badiola, para presentar los resultados de la campaña llevada a cabo en setiembre y noviembre de 2012 en este enclave rupestre, único por su carácter de lugar de culto y auténtico caballo de batalla desde hace una década.

Era día de dar buenas noticias, ya que se han podido descubrir herramientas de piedra que sitúan la ocupación de la cueva miles de años antes de lo que se conocía hasta la fecha, pero la reforma de la Ley de Costas aprobada el jueves en el Congreso daba pie a mayores preocupaciones: con la nueva norma, la protección de la zona de la ladera se reduce de los 100 metros actuales a únicamente 20. A esto se une que los principales hallazgos realizados ahora han sido precisamente en la galería colmatada de sedimentos que no está protegida.

Todo lo sucedido alrededor de Praileaitz resulta tan intrincado como su historia reciente. Descubierto en 1983, se encuentra como suspendido sobre los meandros que forma el río Deba. También está en el corazón de la cantera de Sasiola, explotada por Zeleta S.L. Solo por las pinturas y los materiales hallados en la principal cueva, Praileaitz I, los especialistas hablaban ya entonces de uno de los hallazgos más importantes a nivel europeo. Sin embargo, la actividad de extracción de piedra pone todo en cuestión. Caminando por el estrecho filo de la salvaguarda del patrimonio y la economía, no se ha llegado ni de lejos a los 500 metros de perímetro protector planteados por los expertos, ni a los 100 postulados por la Diputación. Una demoledora sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), que dio la razón a principios de 2012 a Zeleta S.L., indujo a la entonces consejera Blanca Urgell a dejar en suspenso el decreto que preparaba (65 m.) y la protección está de vuelta a los 50 m. del decreto 120/2007 de Miren Azkarate, con la ladera bajo la Ley de Costas.

Aunque parece que la reducción de 80 m. no es automática, así como que hay una serie de mecanismos protectores -necesitaría, por ejemplo, del apoyo de la Diputación-, Ikerne Badiola quiso emplazar a Lakua a que, «con valentía tome medidas urgentes», para que «la protección del patrimonio prevalezca sobre intereses económicos». Lo que plantea es que la ladera del río sea añadida a esa zona de máxima protección, así como que esta zona sea protegida mediante la Ley de Patrimonio.

Desde 2009 los arqueólogos no habían podido entrar en la cueva y, finalmente, cuando lo han conseguido han hallado herramientas de piedra de una antigüedad que podría estar entre 40.000 y 120.000 años -lo más antiguo hallado hasta el momento era de entre 12.000 y 17.500 años-, lo que supone que, además del hombre de Cromagnon, el de Neardental también utilizó la cueva. El objetivo del equipo de Xabier Peñalver era ahondar en datos que tenían y parecían prometedores, pero lo hallado en las tres únicas áreas que estudiaron -el vestíbulo, la galería oeste colmatada y la segunda sala interior, donde en 2009 se encontró un bastón de mando- parece que ha ido más allá y ha sido precisamente en la zona no protegida, las galerías colmatadas, de difícil acceso, donde se han realizado los descubrimientos más espectaculares. Lo que parece es que la cueva fue ocupada de forma esporádica por humanos, como el chamán que lo utilizaba hace 15.000 años para sus rituales, por lo que que la presencia humana es constatable 100.000-120.000 años atrás. En verano, volverán a la cueva.