La crisis siria le explota de lleno a la intervencionista Turquía de Erdogan
El sangriento atentado en la ciudad fronteriza de Reyhanli ha situado a Turquía en el centro del dossier sirio. Ankara insiste en implicar a los servicios secretos de Damasco, lo que no convence a los que acusan directamente a los rebeldes armados sirios o a los que, sin excluir ninguna hipótesis, responsabilizan al Gobierno turco por implicarse de lleno en una crisis, la siria, caracterizada por no conocer fronteras.
GARA | ANKARA
El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, rechazó tajante la desvinculación por parte del Gobierno de sirio del atentado que dejó 48 muertos en la ciudad fronteriza turca de Reyhanli. «Ese régimen está basado en mentiras», declaró Erdogan para criticar las palabras del ministro de Información sirio, Omran al Zubi, quien negó la participación de Damasco.
«El ataque está vinculado con el régimen sirio. Ellos (los detenidos) tienen vínculos con Siria», insistió a la salida de una reunión de su partido, el AKP.
Su ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, responsabilizó el domingo del atentado a «una vieja organización de orientación marxista», en referencia a los Acilciler, una rama armada de la organización Partido-Frente de Liberación de Turquía.
Siempre según la prensa turca, el grupo estaría dirigido por Mihrac Ural, originario precisamente de Hatay, la región turca donde tuvo lugar el atentado, zona poblada también por alauítas, la misma confesión chií que profesa el clan al-Assad sirio. Siguiendo con estas versiones, Ural tendría la nacionalidad siria y el grupo contaría con 2.000 hombres armados implicados con el Ejército sirio en la guerra contra los rebeldes armadas en la zona de Lataquia.
Hipótesis que no convence
Esta versión, negada por Damasco, tampoco convence a muchos sectores en el interior de Turquía. El opositor y kemalista CHP es uno de ellos. «De visita en Reyhanli, el diputado Refik Erylmaz aseguró que no está nada claro el destino de los nueve sospechosos cuya detención anunció Ankara. «Parece que algunos han sido liberados y de otros se dice que están en una cárcel secreta», señaló el diputado, quien aseguró que la gente de Reyhanli «está aterrorizada y dice que la política del Gobierno respecto a Siria es responsable de su sufrimiento».
Alper Tas, jefe del izquierdista Partido de la Solidaridad y la Libertad, coincidió en que «la mayoría de la gente culpa aquí a la oposición siria y a la política del Gobierno (turco) por su falta de control de las fronteras, que permite la libre circulación de sirios armados».
Los medios locales barajan la hipótesis de que el atentado pudo haber sido organizado por la rebelión armada siria para fortalecer la posición de Erdogan en vísperas de su visita a EEUU a finales de esta semana.
El precedente de Akcakale
El mayor atentado registrado en suelo turco (o kurdo) en cuanto al número de víctimas ha devuelto actualidad al bombardeo que el pasado 3 de octubre dejó cinco víctimas mortales en la localidad kurda (turca) de Akcakale. Tras el ataque con fuego de granadas la OTAN anunció el despliegue, por procedimiento de urgencia, de misiles Patriot en la frontera turca con Siria. Y eso que fuentes aliadas reconocieron desde Austria que los proyectiles provendrían de los arsenales de la misma OTAN.
Lo que está fuera de duda, independientemente de la autoría del atentado, es que la estrategia turca de implicación directa en el conflicto sirio -suministrando armamento a facciones rebeldes y convirtiendo el otro lado de la frontera en su santuario- le ha vuelto como un boomerang. Erdogan presentará a Obama una lista de peticiones, como armar a los rebeldes sirios y atizar a una ONU «incapaz de actuar». Además, ha prometido presentar pruebas de la presunta utilización por parte del Ejército sirio de armas químicas.
Y lo que parece asimismo evidente es que su implicación en el dossier sirio no es del gusto de muchos turcos, sobre todo de los que malviven con cientos de miles de refugiados en la frontera. International Crisis Group tilda la situación de explosiva.
El presidente de EEUU, Barack Obama, recibió ayer en la Casa Blanca al primer ministro británico, David Cameron, en una reunión preparatoria de la cumbre del G8 en el norte de `Irlanda, pero centrada en la cuestión siria. Cameron reiteró su intención de reforzar a la opsoción. Londres y París lideran en Europa el frente que defiende armar directamente a los rebeldes. Washington se muestra más renuente aunque no comparte abiertamente la defensa de una negociación sin condiciones entre al-Assad y los rebeldes por la que se decanta Moscú. Obama, por su parte, anunció que «reuniremos a miembros del régimen y la oposición en Ginebra en las próximas semanas», confirmando la decisión anunciada por el secretario de Estado, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov.
Los responsables de la diplomacia rusa y estadounidense celebrarán hoy el quinto encuentro bilateral sobre Siria aprovechando la asistencia de ambos al foro de Consejo Artico en Suecia. Hoy mismo, el presidente ruso, Vladimir Putin, recibirá al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Tel Aviv, que bombardeó hace una semana objetivos militares en Siria, ve con preocupación el anuncio de Rusia de la venta inminente a Damasco de baterías de misiles S-300, armamento moderno que puede destruir aviones y misiles en vuelo. EEUU se ha alineado con Israel para presionar a Moscú contra esa venta «desestabilizadora».
Mientras, los rebeldes armados sirios consultaron a sus principales valedores, Turquía, Arabia Saudí y Qatar, sobre la posición a tomar ante la iniciativa ruso-estadounidense. GARA
Un F-16 del Ejército turco se estrelló ayer cerca de la frontera con Siria. Las autoridades evocaron un posible accidente y que el piloto habría logrado eyectarse antes del impacto.
