EEUU ha enviado a la península coreana el portaaviones de propulsión nuclear estadounidense USS Nimitz, estrella de un ejercicio naval conjunto de dos días con el Ejército surcoreano y que ha generado críticas por parte de Pyongyang.

El USS Nimitz, uno de los mayores navíos de guerra del mundo con sus 97.000 toneladas, partió del puerto suroriental de Busan para realizar ejercicios con la Marina de Corea del Sur cerca de la ciudad industrial de Pohang en el Mar del Este (Mar del Japón).

El portaaviones, que según expertos cuenta con una tripulación de casi 6.000 hombres y capacidad para 90 aviones y helicópteros, lidera el Grupo de Ataque Nimitz de EEUU, que también incluye cruceros y destructores con misiles guiados.

Corea del Sur ha movilizado dos de sus principales destructores, que junto a los buques estadounidenses realizarán ejercicios de detección de misiles, defensa contra ataques submarinos y maniobras antiaéreas.

Corea del Norte calificó la llegada del USS Nimitz de «una abierta amenaza y un chantaje», así como «una grave provocación militar para desatar a toda costa una guerra nuclear contra el país».

El Comité para la Reunificación Pacífica de Corea advirtió de que su Ejército «arrojará al fondo del mar el buque de EEUU» en caso de que éste «se atreva a atacar» a Corea del Norte.

Relevo en Defensa

Corea del Norte ha cambiado por tercera vez a su ministro de Defensa desde que Kim Jong-un llegó al Gobierno, con lo que el veterano Kim Kyok Sik ha sido sustituido por el desconocido Jang Jong Nam.

Los expertos occidentales elucubran con la posibilidad de que el líder norcoreano trate de rebajar la tensión y de promocionar el ascenso de militares más jóvenes.

Lo que está claro es que los nuevos ejercicios militares de EEUU contribuyen a todo menos a atemperar esa tensión.