Los aguafiestas nunca son bienvenidos, y Uxue Bilbao Basket no ejerció como tal. Con 77-73, Mumbrú tuvo en su mano un triple para acercar a un punto a los bilbaino, pero su tiro no entró y el portorriqueño Andrés Rodríguez remachó con un tiro de media distancia. El Fontes Do Sar, que sabía pocos segundos antes que Unicaja acaba de perder en el Palau, era una fiesta, ya que los pupilos de Moncho Fernández se colaban en la octava plaza, compensando con los play offs el sinsabor que les quedó al quedarse fuera de la Copa en la última jornada de la primera vuelta.

Mientras, Uxue Bilbao Basket sabía, o al menos intuía, que difícilmente iba a escalar a la quinta posición, así que nadie en el seno vizcaino se rasgó las vestiduras por perder en el «Mexillón Arena». La única opción llegaba de la victoria en el feudo galaico, pero además el CAI Zaragoza debía caer en su feudo ante un UCAM Murcia que no se jugaba nada, y los maños, pese a la baja de Norel por una grave lesión de rodilla, no fallaron.

Cuestión de voluntad

No es cierto que Uxue Bilbao Basket no pusiera voluntad sobre el parqué, pero lo cierto es que el Obradoiro le puso más. Jugadores como Dewar o Pumprla, habituales en los trabajos de intendencia, ofrecieron un gran nivel durante los 40 minutos, dando a los gallegos la iniciativa en el marcador desde el salto inicial.

Los hombres de negro, por su parte, no conseguían encestar sus triples, pero al menos se mantenían en la brecha gracias a los puntos de Grimau y sobre todo Zisis, que lograban buenos tiros a base de penetraciones hasta debajo de canasta o lanzando desde tres o cuatro metros. Sin embargo, de tres se suma más rápido que de dos, y el Obradoiro tiene a un Alberto Corbacho que, cuando entra en racha, es imparable. El alero balear conectó cuatro triples que elevaron la renta galaica hasta los 14 puntos, pasando del 45-37 del descanso a un 57-43 mediado el tercer período. Bilbao Basket se veía clavado en la sexta posición y, salvo una reacción a través del acierto en el tiro exterior, no se veía la manera de remontar ante un rival que dominaba el juego interior.

En ese sentido, destacaba Salah Mejri, designado Jugador Revelación de la Liga ACB, que dominaba el rebote ante un Lamont Hamilton que se cargaba de faltas. La mejor noticia para los bilbainos en ese caso fue la lesión del tunecino en una jugada fortuita. A falta de 10 minutos para el final del partido, la escuadra gallega dominaba el marcador por 63-51.

Casi a tiempo

Sin embargo, el acierto triplista llegó para los bilbainos en los diez últimos minutos. De los seis lanzamientos que clavaron los de Katsikaris desde más allá de los 6,75 metros, cinco llegaron en el último período.

Nikos Zisis y Raül López, con la colaboración de Grimau, empezaron a tomar el control del encuentro ante un adversario al que las faltas, la citada lesión de Mejri -aunque Moncho Fernández comentó que la dolencia del pívot norteafricano no es gran cosa- y los nervios empezaban a pasar factura. De a poco, rematado con un triple de Zisis, los hombres de negro limaron su desventaja hasta acercarse 77-73, y en la siguiente jugada el Obradoiro no anotó.

Alex Mumbrú tuvo una nueva oportunidad para acercar aún más a los de Katsikaris en el luminoso, pero esta vez no tuvo suerte y en la siguiente oportunidad, el conjunto que dirige «el alquimista» Moncho Fernández no perdonó. Al final, fiesta en el Fontes Do Sar , con los aficionados cantando «Miudiño», su himno no oficial, y coreando el consabido «¡Sí, sí, sí! ¡Nos vamos a Madrid!», mientras que en Bilbo reflexionan ante la perspectiva de la eliminatoria frente al Barça, la reedición de la final de la temporada 2010/11.

En las dos ocasiones que los vizcainos se han enfrentado a los culés -la otra fue en la temporada 2007/008- Bilbao basket no ganó ni un partido. A ver si se invierte la tendencia.