La situación socioeconómica que afronta el país como poco se puede calificar de grave, y en algunas zonas esa situación llega a ser poco menos que alarmante. Es el caso de Sakana, cuya tasa de paro y el retroceso de su tejido industrial muestran un cuadro más que preocupante, el mismo que componían ayer los trabajadores de Inasa, primero en manifestación y después sentados frente a la empresa para exigir el mantenimiento de su actividad. Diversos agentes políticos, sindicales y sociales de la comarca han venido denunciando la inacción e incluso el abandono por parte del Gobierno de Nafarroa para con una de las zonas de Euskal Herria donde mayor impacto ha tenido la crisis. Y no les falta razón, puesto que a la vista está que las prioridades de esos gobernantes no han pasado por solucionar o al menos paliar la grave situación de los navarros, sino por macroproyectos como el TAV, esos 70 kilómetros de vía entre Iruñea y Castejón, o por embolsarse las jugosas dietas de la CAN, mientras aplicaban una política de recortes y otras medidas que no han hecho sino empeorar la situación.

En ese contexto, la puesta en marcha del Observatorio Socioeconómico de Sakana es una buena noticia. El objetivo que se ha fijado para los próximos meses es ambicioso, porque la situación así lo exige, pero cuenta con el compromiso de trabajo en común de numerosos y diversos agentes socioeconómicos que se han propuesto dar «forma» al futuro de la comarca. Para ello, desarrollarán un plan estratégico que pretenden influya en la Administración y en las empresas, y que incidirá en cuatro sectores estratégicos acordes a los recursos de la zona: el turismo, el primer sector, la industria y la energía; con una prioridad ineludible, cual es la creación de empleo basada en la sostenibilidad social, económica y medioambiental.

Un reto complejo pero necesario, que demuestra que Sakana no se resigna a permanecer a la espera de «mejores tiempos» y tiene capacidad de respuesta. Una iniciativa a la que tanto por su razón de ser como por su carácter participativo no cabe sino desearle el mejor de los futuros, el futuro deseable para las gentes de Sakana.