Los accesos por San Mamés generan nuevos focos de protesta vecinal
El Consistorio bilbaino insistió ayer en trasladar a la opinión pública que las retenciones que se generan en torno a los nuevos accesos por San Mamés son puntuales y que con el tiempo desaparecerán. Mientras se aclara la veracidad de esa tesis, lo que se confirma es que el Ayuntamiento se enfrenta a nuevos focos de protesta vecinal en las zonas afectadas por los cambios circulatorios. Bildu apuesta por potenciar el transporte público en vez del vehículo privado.
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
El viejo dicho de que nunca llueve a gusto de todos está más vigente que nunca si nos atenemos a las reacciones que en tres días ha generado el cierre del viaducto de Sabino Arana y la apertura de los nuevos accesos por San Mamés. Ayer, primer día laborable, se pudo constatar cómo será a partir de ahora la situación en calles como Juan Antonio Zunzunegi, Luis Briñas, Pérez Galdos, Gurtubai, Sabino Arana, Simón Bolívar o la avenida del Ferrocarril.
A pesar de la importante presencia de agentes de la Policía Municipal y de cambios en las frecuencias de los semáforos, que obligan a los peatones a andar a la carrera, hubo retenciones notorias, aunque que desde el Consistorio bilbaino se desplegase una campaña intensa de comunicación con la que tratar de convencer a la opinión pública de que no se generaron excesivos problemas de tráfico en el entorno de San Mamés.
Lo cierto es que los hubo; los habituales hasta ahora en Sabino Arana y que ahora se han trasladado a otras calles, para desesperación de vecinos y comerciantes afectados. Al igual que se pudo ver el incremento de la densidad de vehículos en vías como la avenida del Ferrocarril o las protestas cada vez más generalizadas de quienes viven en Juan Antonio Zunzunegui, la calle a la que se ha trasladado buena parte del tráfico de entrada que soportaba Sabino Arana desde el clausurado escalextric. Ante la presencia de numerosos medios de comunicación, no fue difícil recoger los testimonios de residentes muy enfadados por las decisiones adoptadas por el Ayuntamiento.
Así, además de quejarse por la densidad circulatoria, vecinos y comerciantes denuncian que se han quitado plazas de aparcamiento y que se impide la carga y descarga, lo que repercute en el traslado de enfermos o personas con problemas de movilidad. Ayer, al igual que lo hicieron el sábado, manifestaron sus críticas mientras en Luis Briñas reflejaban el malestar dos pancartas con los lemas ``Sin acera, sin servicios, sin aparcamiento. Sin clientes'' y ``Esto no es solución. Beneficios de unos, perjuicios de otros''.
En el otro extremo de la balanza, el concejal delegado de Circulación y Transportes, Asier Abaunza, aseguró que se habían cumplido sus previsiones. «La situación ha sido como un día laborable por Sabino Arana y no tenemos más congestión que la habitual que solemos tener», comentó en una valoración de urgencia, antes de advertir que continuarán vigilando los cambios que pudieran producirse en los próximos días o semanas.
También se mantienen alerta en Irala, cuya asociación vecinal analizará a lo largo de la semana cómo se comporta el tráfico en su barrio tras la apertura del acceso desde la A-8 por Juan de Garai en sentido Donostia y, una vez estudiado, decidirán qué tipo de iniciativas adoptan. La respuesta se repite en Zabala mientras en Miribilla si percibe un descenso en el tránsito de vehículos por sus calles.
«Satisfechos»
Abaunza confesó que están «satisfechos» por el desarrollo de la jornada, aunque precisó que son «prudentes». Esa prudencia, o lo que se vivió el sábado, pudo ser la razón por la que muchos conductores optaron por otro punto de acceso, o el transporte público. Los responsables forales y municipales están empeñados en que los hábitos cambién, al ser muy conscientes de que «si todos los vehículos entran por Basurto, los nuevos accesos no van a dar abasto».
Para Bildu, el Ayuntamiento y la Diputación están «encadenando improvisaciones» en este asunto, mencionando entre ellas la apertura de Juan de Garai o el cambio de las frecuencias semafóricas. La edil Helena Gartzia explicó que «pese a conocerse desde hace años la capacidad de los nuevos accesos, ambas instituciones con la apertura de Juan de Garai han optado por la improvisación, sin solucionar las afecciones causadas por el excesivo tráfico y optando por trasladar los problemas de una calle a otra».
La corporativa soberanista cuestionó que las medidas «improvisadas» se hayan encaminado «exclusivamente a la mejora del transporte privado en vez de mejorar el transporte público», por lo que reclamó que se elabore un plan de refuerzo del transporte público «como medida de choque».
Vecinos de Zabala e Irala analizan la evolución de la densidad de tráfico y no descartan emprender movilizaciones en la calle en caso de que la apertura del acceso por Juan de Garai perjudique su actual calidad de vida.
El arquitecto Iñaki Uriarte plantea que no se derribe el viaducto de Sabino Arana, de modo que se utilice como acceso para el transporte público y los servicios de emergencia, readecuando el número de carriles actual.