German Gorraiz López | Iruñea
D+D, el cóctel explosivo
Según el INE, la tasa interanual del IPC de abril sería del 1,4 % (la más baja desde marzo del 2010), con lo que asistimos a una reducción del 1,3 % en el presente ejercicio (del 2,7% al 1,4%) estimando el Gobierno que se pueda alcanzar el 1% a fines de noviembre, con lo que podríamos asistir a escenarios de deflación en el horizonte del 2014.
Por deflación se entiende «la caída mantenida y generalizada de los precios de bienes y servicios durante un mínimo de dos semestres», según el FMI y conjugada con una tasa de desempleo tan bestial como la española (27% a finales del 2013), podría dar lugar a la aparición de un cóctel explosivo en la economía española de final incierto, ya que ambos elementos se retroalimentan.
Como causas, citaríamos el finiquito del consumismo compulsivo imperante en la pasada década, provocado por la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores debido a los exiguos incrementos salariales, congelación o dramática reducción de los mismos. Por otra parte, la bajada de tipos de interés hasta el 0,5% y la continuación de la política de barra libre (LTRO) por el BCE, aliviará los problemas de liquidez de las entidades financieras e incrementará el beneficio de las mismas, beneficios que no tendrán traslación a la economía real en forma de financiación del tejido productivo (pymes y autónomos), sino que se destinarán a la refinanciación de las grandes empresas y los pagos de intereses de deudas contraídas.
Caso de que el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales a pymes, autónomos y particulares y no se aproveche la dilación en los plazos para reducir el déficit hasta el 2016 en incrementar la inversión en Obra Pública con el objetivo inequívoco de reducir la destrucción de empleo, la economía española se vería abocada a un peligroso cóctel explosivo, el llamado D+D, cuyos ingredientes sería una deflación en los precios que impedirá a las empresas conseguir beneficios y a los trabajadores incrementar sus sueldos y unas tasas de paro estratosféricas (rondando el 27%) y que podría derivar en una Década de estancamiento, rememorando la Década perdida de la economía japonesa..