Oregi aboga por «resituar y orientar» Pasaia «hacia un futuro bien calculado»
La consejera de Medio Ambiente y Política Territorial de Lakua, Ana Oregi, visitó ayer el puerto de Pasaia. Habló de la regeneración del interior de la bahía, mientras que no hubo referencias a la posibilidad de construir una dársena en el exterior de Jaizkibel.
Imanol INTZIARTE | PASAIA
La Consejera de Medio Ambiente y Política Territorial de Lakua, Ana Oregi, se desplazó ayer hasta Pasaia «para analizar la regeneración económica y urbana de la bahía y su entorno». Oregi se reunió con el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria (APP), Ricardo Peña, y con cargos y técnicos de su departamento y del puerto.
La visita se produjo el mismo día en el que un periódico de Gipuzkoa publicaba que el Ejecutivo de Gasteiz ha remitido al resto de instituciones implicadas un documento en el que se aboga por la regeneración de la bahía manteniendo en su interior la actividad portuaria.
Oregi recorrió las instalaciones portuarias, con especial atención a la degradada zona de La Herrera. También comprobó de primera mano las obras de la nueva lonja de pescado, en San Pedro.
«Es tiempo de reordenar, de resituar y de orientar estas infraestructuras hacia un futuro próximo y bien calculado. Las empresas vascas y de nuestro entorno lo necesitan, al igual que la población de los municipios del puerto», manifestó.
Mercancías y turismo
La consejera indicó que «el 74% de las mercancías de la comunidad se mueven por mar y ahí Pasaia ofrece un gran potencial». En sus encuentros con los agentes portuarios, se interesó por aspectos como los volúmenes de carga del principal puerto de Gipuzkoa y por los de otros puertos del arco atlántico, o los planes para la nueva terminal de contenedores.
Lakua hizo asimismo especial referencia al turismo marítimo, un sector que «proporciona empleo a 2,35 millones de personas y contribuye anualmente a la economía de la Unión Europea con más de 100.000 millones de euros».
Oregi anunció el inicio de las obras de remodelación de las antiguas viviendas de los ferroviarios situadas en la planta alta de la estación de Deba para convertirlas en un albergue costero del Camino de Santiago.