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Play offs de la Liga ACB

Nada de despedidas; sigue la lucha

Los bilbainos forzaron el desempate después de ir 20 puntos arriba y sufrir al final. Grimau, Mumbrú, López y Hamilton, esenciales.

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UXUE BILBAO BASKET 90

BARCELONA 89

Arnaitz GORRITI

Habrá desempate. Se lo mereció Uxue Bilbao Basket, que llegó a ir 20 puntos arriba, pero lo cierto es que el combustible no les llegó, y precisaron de graves errores de Todorovic y Huertas para ganar. El montenegrino erró una bandeja a la contra a 20 segundos con 84-83 en el luminoso. Más tarde, con 88-86 a 5,6 segundos, a Huertas le pudo su pasado bilbaino. El paulista erró el segundo tiro libre adrede, pero lanzó tal castañazo que dio directamente en el tablero, por lo que el balón era para los hombres de negro. Un masacrado Raül López cerraba con dos tiros libres una serie sin fallo desde la línea, estableciendo el 90-86 definitivo, maquillado por el triple final de Navarro. Sin oxígeno, los hombres de negro siguen la lucha.

Lo fue desde el arranque. Agotados físicamente, con bajas... los hombres de negro cuajaron el mejor partido en meses. Mientras el Barça no terminaba de acordarse de que al final se había desconvocado la huelga y perdía balón tras balón. Capitaneado por un gran Grimau, Bilbao Basket lograba irse al final de los diez primeros 26-15.

Admirables fueron también los costalazos que se pegó Raül López -Miribilla contenía el aliento cuando lo veía por el suelo-, o la actitud de Mamadou Samb y Alex Mumbrú, uno de los artífices de que se jugaran ayer los partidos, después de tirar de profesionalidad y combinarlo con su condición de vicepresidente de la ABP.

El Barcelona quiso meterse en el partido tras la entrada de Lorbek, acercándose 28-22 en el marcador, pero los bilbainos no estaban para regalar nada mientras les durara el combustible. Grimau volvió a erigirse en capitán general -Miribilla coreó «¡Roger! ¡Roger!» como nunca-, imparable con sus penetraciones culminados a media distancia para lograr un parcial de 15-3 y elevar la ventaja local hasta los 18 puntos, una renta que se mantendría al descanso: 48-30. Es de destacar también el aporte de Vasileiadis, en puntos y rebotes, el día de su regreso.

Vale la pena sufrir

Aunque Hamilton estableció la máxima renta bilbaina en 20 puntos, 50-30, nada más reanudarse el juego, era evidente que la historia iba a cambiar. El Barcelona se puso a defender, primero en individual y después, cuando entró en bonus de faltas, en una pegajosa zona 2-3. A partir de esa mejora atrás, empezó a arrimarse.

Un parcial de 0-14 hizo que los de Pascual se pusiesen 58-52. A base de tiros libres, como los tres que metió Mumbrú a dos décimas del final del tercer cuarto, la renta de Bilbao Basket aún volvería a ponerse la decena, pero la inercia ya era peligrosa. Incluso un errático Navarro llegó a tiempo mientras que Bilbao Basket sobrevivía gracias a Hamilton y Mumbrú.

Con 82-80 a falta de un minuto, Hamilton anotó un difícil gancho sobre Tomic. Dos tapones del norteamericano y de Mumbrú parecían sentenciar el duelo. Pero el Barça seguía vivo y les faltaba el aire a los hombres de negro. Por fortuna, Mumbrú contactaba con Raül López en cada saque de fondo y este no perdonó desde los 4,60 metros. Además Todorovic y Huertas también ayudaron. Valió la pena sufir. Vale la pena seguir luchando.

«Orgulloso del corazón del equipo»

Faltó poco para que a Katsikaris se le saltaran las lágrimas. Rehusó hablar «de baloncesto»; en cambio, lanzó una filípica al «corazón» de sus jugadores y presentó como «modelo para los jóvenes» a gente como Mumbrú o Raül López.

«Cuando acabó el partido del Palau, dijimos que la vuelta de Bilbo puede ser el último partido. Debíamos jugar dejándonos la piel literalmente en la cancha. Con todo lo que nos está pasando al equipo... Mumbrú jugó con 38°C y ha estado sin entrenar, es un ejemplo para los jugadores jóvenes. O la actitud de Raül. Estoy muy orgulloso del corazón de los muchachos. No quiero hablar de baloncesto; quiero dar el reconocimiento a los muchachos. No hay palabras», afirmó emocionado.

«Luchamos contra muchas cosas toda la temporada y el equipo merece un reconocimiento: siempre juega con la cabeza alta y sin excusas», añadió.

Katsikaris se despidió aplaudiendo... por si acaso. «Si perdemos el martes no podremos volver, y por eso había que agradecerlo. Ojalá consigamos la victoria, pero será un milagro», acabó. A. G.

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