nba Play offs del Oeste
Los viejos rockeros de San Antonio, a un paso de la final
Los Spurs se sitúan 3-0 ante Memphis al ganar 93-104 en la prórroga. Duncan y Parker fueron decisivos.
Arnaitz GORRITI
Los viejos rockeros nunca mueren, reza el dicho. Desde luego, la vieja guardia de los San Antonio Spurs se merece no ya entrar en el Salón de la Fama de Springfield, sino formar parte de las leyendas del rock. Desde que en 2007 ganaran su último anillo, con el trío Parker-Ginóbili-Duncan como líderes, los texanos no llegaban a unas finales de la NBA. Después de su victoria por 93-104 en la prórroga, los pupilos de Gregg Popovich, con el mismo trío a la cabeza -entre los tres sumaron 69 puntos, 21 rebotes y 15 asistencias-, está a una victoria de volver a postular por el anillo.
El encuentro llegó al tiempo extra con empate a 88, después de que Ginóbili errara el posible triple ganador de San Antonio y Tiago Splitter forzara con su defensa el error en el tiro sobre la bocina de Mike Conley -era emocionante ver al exbaskonista retar al escolta de los «ositos» a que lo atacara en penetración. Después de mucho penar y trabajar, el gigante de Joinville al fin disfruta en la NBA-. En el tiempo extra, Duncan arrancó clavando cinco puntos seguidos, mientras que Parker replicó a su «hermano» con otros cinco puntos, en una combinación de cabeza fría y corazón caliente que hundió a Memphis, que ahora debe voltear un 3-o, algo que nadie ha logrado todavía.
A contracorriente
Es de justicia reconocer el méritio de los Spurs, que debieron ir contracorriente todo el partido ante unos Grizzlies decididos a hacerse fuertes en su feudo. De hecho, llegaron a adelantarse 29-11 en el primer cuarto, con Mike Conley borrando el ataque de San Antonio. En la breve entrevista concedida por Gregg Popovich entre cuartos -como el basket FIBA proponga algo así, a algunos técnicos les da un ataque-, el preparador texano respondía invariablemente que -daba igual si le preguntaban por el ataque o la defensa, su equipo o el adversario- «debemos mejorar nuestras pérdidas de balón».
Y a fe que lo hicieron. Y a fe que remontaron, llegando al descanso con solo dos puntos de desventaja: 44-42. La intensidad de los Grizzlies no podía mantener el mismo ritmo, mientras que la veteranía bien entendida de los Spurs hacía que conservaran la calma, protegieran mejor el balón y tomaran buenas decisiones. El partido prometía ser bien largo y con pocas concesiones por parte de los dos contendientes, un espectáculo donde debe haberlo: dentro de la cancha y en un graderío entregado.
Un triple de Danny Green -su única canasta en todo el partido- ponía a los Spurs por delante, 65-67, una vez iniciado el cuarto período. Aquel enceste daba a los texanos su primera ventaja en todo el partido. Memphis acusaba los nervios con un bajo porcentual en el tiro, por mucho que entre Randolph y Gasol compensaran esos fallos en el lanzamiento a base de capturar rebotes. Después de un breve lapso de ventajas para San Antonio, un triple de Pondexter empataba el encuentro a 75 enfilando el último tramo del cuarto final.
La hora de los valientes
Llegaba la hora de los valientes y Marc Gasol pidió su turno. Su entrenador, Lionel Hollins, había solicitado del pívot de Sant Boi que asumiera mayor protagonismo en el tiro y el catalán, aunque firmó un 7 de 18 en su carta de lanzamiento, no se escondió, sobre todo al final.
A pesar de no ser el pívot más rápido del mundo, superó a Splitter con una penetración por su derecha y machacó a una mano en la cara del mismísimo Tim Duncan, poniendo el marcador 84-83. Poco después, a poco más de un minuto para el final, elevaba la renta de los «ositos» con una suspensión de media distancia marca de la casa. Los Spurs no perdían la calma y con su fiabilidad en los tiros libres -16 de 22 para San Antonio; 10 de 18 para Memphis- igualaban a 88.
Más aún, los de Popovich tuvieron un triple librado de Ginóbili para ganar, pero el argentino erró. Acto seguido, Conley se la jugó ante Splitter, pero el de Joinville aguantó la penetración de su rival como un valiente. Empate a 88 y prórroga.
Cualquier cosa podía pasar, y en ese «cualquier cosa» que Parker y Duncan tomaran el control del partido era algo perfectamente factible. Memphis acusaba su inexperiencia en estas lides mientras que cinco puntos por barba de los dos líderes texanos rompían el choque. A Memphis no le quedaba sino parar el juego con faltas, pero nada pudieron hacer. Ahora necesitan casi un milagro.
La magnífica defensa de los Grizzlies los adelantó 29-11 en el primer cuarto. Pero San Antonio no perdió la calma, remontó y se impuso en la prórroga. Ahora los «ositos» caen por 3-0, una losa que ningún equipo ha volteado.
Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili sumaron 69 puntos, 21 rebotes y 15 asistencias. Seis años después de ganar su último anillo, los viejos rockeros de San Antonio están a un solo paso de volver a la finalísima de la NBA.