Este es un precioso recorrido que nos permite recorrer desde el extremo sureste al noroeste la Sierra de Arkamo, esto es, de una punta a otra. Aparte de eso, subiremos a tres montes puntuables, disfrutaremos de los espectaculares paredones de Arkamo, observaremos curiosos y singulares parajes...

Desde la parte superior del pueblo de Morillas sale una pista marcada con señales blanquirrojas hacia el oeste. Pasaremos una langa y a los cinco minutos veremos un difuso sendero que sube dirección norte, lo cogeremos abandonando así el GR. Lo intrincado de este sendero es uno de sus encantos, por lo que deberemos caminar muy atentos a sus mojones para no perdernos. El sendero muere en una difusa y mal cuidada pista por la que seguiremos subiendo. De esa manera, saldremos a otra pista mucho más definida. Esta pista está de nuevo señalizada con las marcas del GR, por lo que también podríamos haber optado por seguir todo el rato dichas marcas desde Subijana. Pero, a lo dicho, el difuso sendero vale la pena, y mucho.

Por esta nueva pista llegaremos a un cruce en el que torceremos a la izquierda para seguir ascendiendo. Llegaremos de esta guisa al filo de la Sierra, con preciosas vistas. A partir de ahora, la tónica a seguir será siempre hacia el oeste por la pista y a devorar kilómetros.

Si se salen de la pista y avanzan por el filo de la Sierra, el terreno se vuelve muy caótico y ese caos les desgastará. Es por eso que en este recorrido la clave está saber cuando deben abandonar las marcas del GR para subir al montículo que les dará la cima puntuable, una clave que yo les voy a ceder gustosamente.

Llegaremos a un enorme repetidor y, al poco de dejarlo atrás, abandonaremos las señales blanquirrojas saliendo por un sendero a la derecha. Por último, siguiendo unos mojones, llegaremos a la primera cumbre puntuable de la jornada, Montemayor (1.103 m).

Desde esta cumbre seguiremos los mojones hacia el oeste para empalmar de nuevo con la anterior pista. Según avancemos por este terreno caótico y estepario, veremos unos «agujeros» que ha formado el paisaje. Estos agujeros contienen curiosas «islas de hayas». Más adelante, tendremos la oportunidad de disfrutar de la Lobera de Barrón.

Su perímetro es un impresionante largo y alto muro de piedra. Cuando llevemos algo más de un kilómetro desde la lobera, abandonaremos de nuevo la pista y las marcas del GR. Esto es, nos desviaremos a la izquierda para subir por una loma hasta el siguiente monte, Kruzeta (1.171 m). Deestacable la enorme columna de piedras que hay en su cumbre.

Desde la cumbre, por su loma sur, un difuso sendero que baja por una brecha nos lleva a una pista. Si siguiéramos esta pista hacia el sur, llegaríamos al pueblo de Guinea. Por si alguno quiere acortar el recorrido.

Nosotros, según lleguemos a dicha pista, la atravesaremos y seguiremos al oeste por otra brecha que contiene un difuso sendero. A partir de ahora, nos tocará probar el avanzar por el caos de Arkamo. De esa manera, llegaremos por una loma a otro monte coronado por otra de esas curiosas columnas de piedras. Desde allí bajaremos hasta la siguiente hondonada para empalmar con una pista. Esta pista nos lleva hasta el último filo situado en el extremo oeste de la sierra. Ahora simplemente nos resta continuar dirección norte por el filo para, pasando otra curiosa «columna», llegar a la cumbre del Repico (1.187 m).

Pocos metros antes de llegar a esta cumbre habíamos visto dos mojones. Retrocediendo, los cogeremos para bajar por el caos hacia el este. Llegaremos a una larra por la que avanzaremos para subir a un collado, donde está el «Pozo del Portillo». Desde dicho Portillo tomaremos rumbo sur para llegar a una langa. Aquí nace una pista que baja serpenteando sin pérdida hasta el pueblo de Arriano.