El primer ministro británico, David Cameron, estará al frente de una comisión que investigará a los «imanes musulmanes radicales» y estudiará fórmulas para combatir esta corriente. Las acciones se centrarán especialmente en colegios y mezquitas y en internet. El objetivo declarado es acabar con la «narrativa envenenada de los imanes radicales», según explicó ayer la oficina de Cameron. «Evaluará las estrategias necesarias para desbaratar las acciones de los individuos que puedan influir para fomentar el extremismo. Es necesario enfrentarse a estos líderes religiosos que fomentan la violencia», señala el texto. La muerte a machetazos en una calle de Londres de un militar a manos de dos islamistas ha reabierto el debate sobre el islam radical en Gran Bretaña.