Cuatro días restan para la sexta huelga general. Está concitando numerosos apoyos de los trabajadores, de los colectivos sociales y de los políticos. La cuenta atrás confirma que son ya más de 600 comités de empresas de Hego Euskal Herria quienes se han pronunciado a favor del paro general con el objetivo de provocar un cambio de modelo.

Los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE, Hiru y CGT-LKN y CNT y más de medio centenar de colectivos sociales explicaron ayer que en «una primera recogida de datos» han contabilizado más de 600 adhesiones de comités y «la relación sigue aumentando, porque se están realizando y se han convocado ya reuniones para estos días, por lo que la lista aumentará de forma importante».

Como ejemplo mencionaron las siguientes empresas; Gestamp, Ansola, Smurfitt, Gastronomia Baska, Funvera, CAF, Ayuntamiento de Irun, Zardoya, Metro Bilbao, Eusko Trenbideak, grupo EITB, Ayuntamiento de Bilbao, Virtisú, Petronor, Arcelor, varias plantas de CIE Automotive, Beretta, Aratubo, Jez, Ayuntamiento de Gasteiz, Dornier, Inabonos, Lácteos de Navarra, Ayuntamiento de Tudela, Casa Misericordia, Magoteaux, La Burundesa, Unipapel, Bellota, Berria, Selak, GKN, Ayuntamiento de Getxo y, entre otras adhesiones, Ingeteam.

Los convocantes de la huelga general recuerdan que «muchas de estas adhesiones lo han sido por unanimidad, contando con el apoyo mayoritario de los órganos de representación». Entienden que «se hace del todo evidente que la clase trabajadora ve necesario responder ante las imposiciones y las reformas». Los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE, Hiru y CGT-LKN y CNT y más de medio centenar de colectivos sociales añaden que «animamos a la clase trabajadora, y a la sociedad en general, a salir a la calle el día 30 de mayo para afirmar con rotundidad que no aceptamos los recortes en Euskal Herria, que existen alternativas y que luchamos por un modelo propio»

En base a esta respuesta de los comités, los convocantes de la huelga general afirmaron ayer que «prevemos una jornada de huelga exitosa, dado que comarca por comarca y sector por sector los apoyos a la huelga se extienden sin cesar. Además de la relación, incompleta, y estando en puertas de la jornada de huelga, se cuentan también por centenares las pequeñas y medianas empresas que apoyan la huelga, sumando así su aportación al éxito de la misma».

«Pueblo a pueblo»

Por otro lado, el portavoz de Sortu, Pernando Barrena, a través de su blog llamó a la sociedad vasca a participar en la huelga general «por dignidad». A su juicio, «siempre gana la lucha que se practica». Puso dos ejemplos de resistencia en las empresas vascas, como son los trabajadores de Corrugados Azpeitia y los de Inasa.

Barrena censuró a los gobiernos de Iruñea, Gasteiz y Madrid porque avanzan en la dirección de «revitalizar el modelo económico capitalista que nos lleva a la perdición» y que es, precisamente, «el que nos ha traído a esta crisis». Sin embargo, afirmó que «para garantizar sus beneficios» están aplicando recortes «reforma tras reforma para robar los derechos conseguidos con décadas de lucha».

El portavoz de la izquierda abertzale llamó «a participar pueblo a pueblo, empresa a empresa y comarca a comarca en la huelga general», porque, a su juicio, «todos a quienes nos afecta la crisis debemos enfrentarnos al enemigo común: el sistema capitalista». Barrena, por ultimo, tacha de troika al PP, UPN y PNV porque «insisten en una política social y económica injusta para la mayoría social».

«En defensa de nuestro futuro»

Por otro lado, Elkartzen llamó ayer a la huelga general «en defensa de nuestro futuro como pueblo, ante los recortes continuos en materia de protección social y laboral y contra la privatización del sector público». A juicio de este movimiento por los derechos sociales de Euskal herria, «se impone garantizar esos derechos mediante la organización y la lucha».

Analiza que se está produciendo «un proceso de precarización de las condiciones vitales de amplios sectores de la población, como consecuencia del acelerado recorte de derechos sociales y laborales a golpe de ley» y denuncia, por otro lado, «el descarado trasvase de dinero público a manos privadas» con lo que «las consecuencias de la crisis las están soportando la clase trabajadora y las clases populares». Denuncia, por último, que «las elites económicas y políticas han hecho un pacto para salir de la crisis recuperando su tasa de ganancia a costa de la precariedad generalizada».