IÑAKI LEKUONA Periodista
A las barricadas
Miles de personas se concentraron ayer en las calles de París para mostrar su desacuerdo con que el derecho a desposarse públicamente sea ampliado por ley a los no heterosexuales. Manifestarse contra un derecho es algo al alcance sólo de ultraderechistas o de ignorantes, lo que en muchos casos es sinónimo. Y habrá quien ponga sobre la mesa la fuerza del número para reclamar del Estado la revisión de la nueva ley.
Este próximo sábado serán también unos cuantos miles menos los que desfilen por las calles de Baiona y no serán pocos los que pongan sobre la mesa el escaso número para defender del Estado la inamovilidad del entramado institucional frente a los que reclaman una administración propia para la Euskal Herria continental. La diferencia es que en este caso, los manifestantes claman por un derecho, el de regirse a sí mismos para amparar su identidad, su lengua, su cultura y su manera de entender las relaciones sociales, o, resumiendo, para preservar su futuro.
Las barricadas que algunos instalan sobre París están compuestas de miedos, prejuicios, dogmas e intolerancia, mientras que las que otros pretenden levantar a esta orilla del Aturri se apoyan en elementos como patrimonio, porvenir, solidaridad y responsabilidad. El ruido de las de ayer llenará las páginas de los diarios y los minutos de la radio y la televisión, mientras que la voz que se pronunciará con claridad este sábado se perderá sin duda en el murmullo de la actualidad parisina. Pero no por ello hay que callarse; al contrario. Es momento de lanzarse a las barricadas, sobre todo a éstas, defendidas de izquierda a derecha. Sólo faltará la ultraderecha. No es mal signo.