Xabi Prieto (2) y Griezmann marcaron los goles
Anoeta da a su equipo la recompensa que el fútbol le niega
Todo el estadio se puso de pie para ovacionar a sus jugadores a pesar de perder la cuarta plaza por el empate y la victoria del Valencia. Un error de Mikel y Markel y Diego López resultaron claves en el partido.
REAL SOCIEDAD 3
REAL MADRID 3
Joseba ITURRIA
La Real empató ante el Real Madrid, perdió la cuarta plaza y se terminó de ganar el cariño de su afición con un gran partido en el que no encontró el premio que mereció. Jugó para ganar, pero no lo hizo por regalar un gol, encontrarse con un Diego López sensacional y porque tuvo la desgracia de jugarse la cuarta plaza de igual a igual ante un gran rival y con hándicaps importantes como la ausencia de Vela y los problemas que impidieron a Illarramendi y Chory Castro jugar todo el partido.
Por todo ello Anoeta premió a su equipo con una ovación al término del partido, que por lo menos no acabó con derrota gracias a un gol de Xabi Prieto, que casi tuvo que entrar a la portería junto al balón para salvar la oposición de un extraordinario Diego López.
Ese gol y ese empate permitieron no solo que el final no fuera tan triste, sino que obligan al Valencia a ganar, o a comprar, el partido que le queda por jugar en Sevilla para asegurarse la cuarta plaza. Seguramente hará lo uno o lo otro, desde que ganó en Anoeta estaba claro que iba a sumar los quince puntos que quedaban por disputarse, pero la gran pena es la forma en la que la Real no ha podido sumar los diez que necesitaba.
No acabará, salvo gran sorpresa, cuarta porque en estos cinco últimos partidos no ha sido capaz de poner la guinda a una gran temporada. Y no porque los rivales han sido superiores, que no lo han sido nunca, sino porque en el fútbol no se pueden asumir tantos riesgos.
Es bueno que un equipo tenga confianza e intente jugar el balón, pero hay zonas y situaciones en las que no se pueden asumir determinados riesgos. La Real, sobre todo algunos jugadores que deberían tener claro el rol que tienen en este equipo, ha sido demasiado atrevida y es la que probablemente impedirá jugar en agosto la previa de la Champions, que por otra parte tampoco es un desastre.
Algo más que un error
Así la cuarta plaza se escapó ayer, en parte, porque la Real jugó un primer tiempo extraordinario y se retiró al descanso en desventaja por culpa de una acción que no cabe incluir en el capítulo de un simple error. Es más un problema de concepto sistemático de los centrales de apoyarse en Markel cuando está de espaldas y lo mejor que puede hacer es devolverles el balón para que se encuentren en la misma situación que antes del pase, pero con una mayor presión de los jugadores rivales.
El primer problema de esa acción es que Markel se ofrece para dar una salida a su equipo cuando no es un jugador adecuado para eso. Mikel le pasó mal, Markel le devolvió el balón botando y el arrasatearra lo perdió ante la presión de Higuain, que no falló ante Bravo.
Fue la única jugada de peligro del Real Madrid y le bastó para irse al descanso en ventaja gracias a la sensacional actuación de Diego López, que demostró en Anoeta que Mourinho no comete ninguna barbaridad por relegar a Casilllas al banquillo.
Tuvo varias paradas espectaculares y evitó que la Real encontrara en el marcador lo que mereció por su juego ofensivo. También faltó que Agirretxe no buscara la vaselina en la clara opción que tuvo poco después del primer gol y que Griezmann no quitara al usurbildarra un gran servicio de De la Bella.
Fue la última jugada de peligro del primer tiempo. En el comienzo del segundo la Real no salió bien y ya antes del gol de Callejón el Real Madrid se adueñó del partido gracias a la calidad de Modric y tuvo tres opciones de Higuain (2) y Kaka que no supo aprovechar.
Reacción
Además el segundo gol madridista coincidió con el de Soldado para el Valencia y el cambio de Illarramendi, el mejor realista, pero el claro penalti cometido por Khedira y transformado por Xabi Prieto levantó el espíritu de los realistas y comenzó la reacción que provocó que, una vez más esta temporada, la afición blanquiazul se marchara orgullosa de su equipo.
Los de Montanier superaron el peor momento gracias al penalti y Griezmann ya tuvo el empate en una jugada en la que superó a Diego López, pero no encontró la portería. Lo marcó después, pero enseguida llegó el gol de Khedira y, a pesar de que la Real tuvo ocasiones clarísimas en dos cabezazos de Xabi Prieto y Agirretxe, el empate a tres llegó demasiado tarde.
Fue una pena porque la Real merecía más y es triste que un equipo que hace casi todo bien pague un peaje tal alto por su deseo de querer jugar al fútbol donde no se debe y porque la Liga española es lo que es, una vergüenza en la que uno puede estar convencido de que un equipo va a ganar cinco partidos cuando no lo ha hecho toda la temporada y la realidad le da tristemente la razón.
Todo en la vida debe tener un precio, tristemente, pero lo más importante para un futbolista debe ser algo que no se puede comprar con dinero y es que hoy toda Gipuzkoa está orgullosa de un equipo con el que está plenamente identificada y que debe ir a Riazor a cumplir con su parte para ser cuarto.
Philippe Montanier se despidió ayer de Anoeta como técnico realista. No pudo ser con una victoria, pero se salvó un punto en el último minuto que da esperanzas a la Real de cara a la última jornada. «Ha sido un partido un poco raro, hemos hecho buena primera parte sin conseguir marcar gol, hemos tenido muchas oportunidades pero nos hemos encontrado frente a un gran portero».
El normando subrayó que «el equipo no abandona y lucha hasta el final. Es un punto importante, estamos vivos hasta el final. Fue un gran partido del equipo, sabemos que contra el Madrid es difícil, aprovecha el menor error, pero estoy muy orgulloso, más que nunca, de este equipo».
Se le preguntó, obviamente, por sus sensaciones particulares: «Ha sido emocionante, sobre todo contra un rival como el Madrid, pero sabéis que no me gusta hablar de mis sentimientos personales».
En la carrera por la Champions, la Real ha perdido la ventaja y ya no depende de sí misma. Al respecto, comentó que «estamos vivos, el Valencia tiene la obligación de ganar en Sevilla, que ya sabemos que no es fácil. Nosotros también tenemos que tratar de ganar en Coruña».
Desde el bando madridista no solo no compareció Jose Mourinho, como es habitual, sino que tampoco lo hizo su ayudante, Aitor Karanka. La expedición merengue comunicó a los empleados de Anoeta que ningún representante blanco iba a valorar el choque. Imanol INTZIARTE
La Real descansará hoy y mañana empezará a preparar a las diez en Zubieta el último partido que jugará el sábado a las 21.00 en Riazor. El conjunto gallego se jugará la permanencia porque apenas tiene uno o dos puntos a los tres equipos que le persiguen en la clasificación.
El infantil txiki de la Real se impuso ayer al Kostkas por 0-6 en la final y se proclamó campeón guipuzcoano. Su título se suma a los conseguidos el sábado por el cadete txiki (2-0) y el infantil (0-0 y penaltis) ante el Antiguoko.