RECOMENDACIONES DEL FORO SOCIAL
El Foro Social pone doce raíles para que el proceso continúe avanzando
Diseñar un desarme controlado y apoyado, requerir a los presos un compromiso con el nuevo escenario, hacer reformas legislativas para asegurar los derechos humanos y redimensionar el número y función de las FSE, entre las sugerencias
Ramón SOLA | DONOSTIA
Tras meses de bloqueo evidente, el Foro Social, una iniciativa ciudadana enraizada en Euskal Herria pero con apoyo internacional, ha puesto nuevos raíles con el objetivo de que el proceso siga avanzando y lo haga con cierta velocidad. Sus esperadas recomendaciones se hicieron públicas ayer y vienen a poner letra pequeña al marco general de la Declaración de Aiete. Se trata de propuestas concretas y detalladas para desatacar las cuestiones pendientes del desarme, las personas presas y huidas, los derechos humanos y la verdad y la memoria. Pero con una diferencia sustancial: si aquel esquema otorgaba en su punto segundo un papel definido a los gobiernos español y francés, esta propuesta va dirigida al conjunto de los agentes, con el objetivo final de desatar dinámicas capaces de hacer inviable el inmovilismo estatal.
Paul Ríos, de Lokarri, explicó que las doce recomendaciones serán trasladadas «a todas las instituciones implicadas», así como a partidos y otros agentes. Matizó que la batería de sugerencias no es un «Aiete 2» en la medida en que no sustituye a aquella declaración, pero sí que busca «nuevas solucionar» a través de «la suma de esfuerzos entre todos». También aclaró que el texto presentado ayer no es un punto final, sino que a partir de ahora «pensaremos cómo se puede implementar».
Las doce aportaciones -presentadas por portavoces de Lokarri y Bake Bidea junto a Andy Carl, uno de los expertos internacionales que ha ejercido de ponente- se dividen en cuatro bloques: desmantelamiento y desarme, personas presas y huidas, derechos humanos y verdad y memoria. Con ello, el Foro Social viene a remarcar cuáles considera que son los puntos más bloqueados.
Comenzando por el primero, el Foro aconseja «el diseño de un proceso controlado, ordenado y consensuado que culmine con el desmantelamiento de armas y estructuras militares de ETA». Y también que desde el inicio haya organismos facilitadores independientes «que den seguridad a lo realizado». La formulación no apela a los estados, sino al objetivo de «garantizar la seguridad a toda la ciudadanía». Como es sabido, tanto Madrid como París se niegan reiteradamente a cualquier diálogo con ETA sobre esta materia y aseguran que solo buscarán su disolución con la acción policial.
En cuanto a las personas presas y huidas, se plantea por una parte «adecuar la legalidad», comenzando por modificar los aspectos que vulneran los derechos humanos (enfermos que siguen en prisión, condenas alargadas, dispersión...). Y, por otro lado, se propone que la reintegración de estas personas se realice «por medio de cauces legales» en un proceso «individualizado, escalonado y en tiempo prudencial». Para ello sugiere que los presos «muestren su compromiso con el nuevo escenario de paz y renuncien a vías violentas» -en la línea de lo que ocurrió en Irlanda-, además de hacer «un reconocimiento del daño causado como consecuencia de su actuación». El Foro tiene claro que los presos deben ser «actores activos en el desarrollo del proceso».
En el tercer bloque se proponen reformas legislativas que garanticen los derechos humanos, se plantea que una entidad independiente evalúe su situación, se sugiere que la justicia se aplique teniendo en cuenta el contexto del proceso de paz y se aboga por «redimensionar el número y la función de las FSE. Asimismo, se deben reforzar los mecanismos de control de las FSE por parte de las instituciones y la sociedad civil».
En cuanto a la verdad y la memoria, se aconseja «abordar lo acontecido y sus causas y reconocer y reparar al conjunto de víctimas». Se propone un mecanismo para la verdad y la reconciliación y una base de datos oficial, pública y completa de todas las víctimas y vulneraciones de derechos humanos.
Participación ciudadana
Como piedra angular de todo ello está el primer punto, que remarca que hace falta un marco de diálogo y de amplios consensos para afrontar todas estas cuestiones de manera «ordenada, constructiva y resolutiva».
«Estamos convencidos de que la sociedad tiene un papel importante en el proceso de paz. En momentos de bloqueo y dificultades, nuestra participación y empuje es clave», añaden los impulsores de este Foro Social. Por ello, en las próximas semanas habrá actos para promover la participación ciudadana.
El interés que suscita este proceso quedó claro en la presencia de medios en Aiete, abarrotando el Salón Gandhi. El propio Carl se declaró sorprendido.
Gatazken konponbidean diharduen Conciliation Resource erakundeko ordezkaria da Andy Carl, eta eskarmentu handia du honetan. Horregatik, harriduraz erantzun zion kazetari bati, honek hemengo prozesuak mundu mailan ez duela arretarik esan zionean: «Talde indartsua etorri zen mintegi honetara, interes handia dagoelako. Gogoan dut hizlari batek Euskal Herriko gatazka munduko bost gatazka nagusien artean kokatu zuela. Eta interes handia eragin du, era berean, hemengo hau ez delako ohiko negoziazio prozesu bat, mahai baten inguruan egiten dena, bestelako bideetatik doan prozesua baizik. Bide propioak bilatzen ari dira hemen, eta hau inspirazio iturri da beste batzuentzat».
Bereziki, gizartearen bultzada nabarmendu zuen Carlek, Gizarte Foro hau adibide nagusia izanik. Hasieran Aieteko Adierazpenean abiatutako prozesuak «elur bola baten efektua» izango zuela pentsatu zuen adituak, abiatu ondoren geldiezina izango zela, alegia; gero, ordea, «alderantziz gertatu dela ikusi dut. Jendarteak lan handia egin behar izan du elur bola edo harri hori mugitzeko». Alta, hori negatiboa baino «oso berritzailea» dela adierazi du Andy Carlek, eta hortik segitzera deitu du. R.S.
Los participantes en las jornadas de marzo no tardaron en mostrar su satisfacción por las recomendaciones del Foro, así como en desear que desencadenen efectos positivos. El primero en hacerlo fue esta vez el Gobierno de Lakua, mediante una declaración de su secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, para quien «son un avance» y «una contribución para intentar dar pequeños pasos en la consolidación del fin de la violencia de ETA y de la normalización social de la convivencia».
De entre todos los puntos, Fernández destacó como «prioridades» las aportaciones para el desarme y desmantelamiento de ETA y las referidas a «la contribución multipartita para generar una nueva política penitenciaria». No obstante, subrayó también que crear un contexto de cambio «no puede ser solo responsabilidad» de los impulsores de este Foro Social, sino que «cada cual debe asumir la responsabilidad que le corresponde. El Gobierno Vasco asume la suya. Su compromiso es tomar la iniciativa y hacer todo aquello que esté en su mano. El reflejo concreto y detallado de todo ello se verá plasmado en el Plan de Paz y Convivencia que se presentará a mediados de junio», anunció Fernández.
Aralar y Alternatiba emitieron sendas notas para saludar estas conclusiones. Sortu anuncia una rueda de prensa hoy.
Aralar se muestra tajante al sostener que las doce recomendaciones «son muy importantes y deben ser cumplidas». Las califica además de «completamente sensatas y adecuadas al tiempo actual, pero válidas siempre», en una nota que está firmada por su coordinador general, Patxi Zabaleta.
Concede especial atención al subrayado hecho en torno al diálogo y a las modificaciones legales. También a la promoción de un proceso de verdad, justa y reconciliación en el que quedan «diversas maneras de narrar lo sucedido». Y destaca igualmente las recomendaciones de control social y político de las fuerzas policiales. Para acabar, Aralar requiere al Gobierno de Madrid, al de Gasteiz, al de Iruñea y a otras instituciones que «otorguen a estas recomendaciones una importancia especial y las cumplan en su integridad».
Desde Alternatiba, Amaia Agirresarobe mostró «claro optimismo» ante estas aportaciones. «Los agentes implicados en el conflicto deberían tenerlas muy en cuenta y hacerlas suyas para avanzar», indica. Y anima a la sociedad a «implicarse activamente» por la paz y los derechos.