EH Bildu insta a acelerar las obras de la Línea 3 del metro sin más sobrecostes
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Después de que el Ejecutivo de Iñigo Urkullu estimase que la Línea 3 de metro no entrará en servicio para antes de cuatro años, representantes de EH Bildu comparecieron ayer en Bilbo para exigir que las obras no sufran nuevos retrasos, con los consiguientes sobrecostes, además de que se acabe con las afecciones que padecen desde hace mucho tiempo vecinos y comerciantes de Otxarkoaga, Txurdinaga y Uribarri.
La parlamentaria Marian Beitialarrangoitia advirtió de que el modelo de gestión impulsado por PSE y PNV es el causante de que el proyecto de la línea del suburbano entre San Antonio de Etxebarri y el barrio bilbaino de Matiko se haya encarecido un 80%. «Una desviación de tal magnitud no puede ser calificada de desviación presupuestaria», enfatizó la representante soberanista en la Cámara de Gasteiz, que exigió control.
Recordó, por ejemplo, que «los caprichos del exviceconsejero Ernesto Gasco», queriendo implantar la automatización de la conducción de los trenes, ha supuesto un incremento de cinco millones de euros. Beitialarrangoitia precisó que es necesario efectuar un análisis «riguroso» de lo que queda por ejecutar del proyecto para ver si es posible readecuar el gasto, como en el diseño de la nueva estación de San Nicolás, en el Casco Viejo, en la que se puede priorizar la funcionalidad sobre la estética.
El apoderado Aitor Torre insistió en la importancia de «vigilar el estado de las obras y los plazos de ejecución» para lo que ha solicitado la comparecencia de la diputada foral de Obras Públicas y Transportes, Itziar Garamendi, en las Juntas Generales y pedirá a las instituciones competentes que permitan la visita a los tajos de representantes de las asociaciones vecinales afectadas. Tampoco pasó por alto que la «lucha política» mantenida por PNV y PSE en el Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) ha sido una de las causas que ha motivado el retraso de los trabajos.
A su vez, la edil Helena Gartzia incidió en las afecciones que están generando las obras en distintos barrios, con calles en las que solo hay un paso de entre 60 y 80 centímetros, lo que impide la circulación de vehículos de emergencias y dificulta el tránsito de personas con movilidad reducida. La concejal señaló que no son pocos los negocios que han bajada la persiana por esos problemas.