El central Rubén salió el domingo del vestuario cantando a pleno pulmón el «No podrán parar a Patxi Puñal» con el que la grada rojilla festeja a su capitán cada partido. Otro veterano, Marc Bertrán, se deshacía en elogios: «No he conocido un capitán así. Es el colofón a una trayectoria impresionante de un señor que no es solo lo que ha hecho, es lo que representa y el respeto que le tenemos». Entre los jóvenes, Kike Sola se fotografió para Twitter junto al de Uharte, cómo no, celebrando la permanencia. En la misma red social, Roberto Torres dejaba escrito: «Mención especial para el que nunca nos falla, el que nunca se rinde, un ejemplo dentro y fuera del campo... DON PATXI PUÑAL!!!»

Pocas veces se encuentra en un partido una intervención tan decisiva como la de Puñal ante el Sevilla. Cuando el equipo y la grada estaban fundidos por el gol de Negredo (Osasuna pasó trece minutos con pie y medio en Segunda), el zapatazo por la escuadra lo cambió todo. Pero no fue solo eso: el 2-1 de Cejudo vino también por un balón robado en la corona del área por Puñal a un especialista en barrer esa zona, como es Gary Medel. Tanto ante el Sevilla como dos semanas antes frente al Getafe, el veterano pivote dio un ejemplo de anticipación, garra y saber leer el partido.

Con ello, su continuidad se da por segura (entre otras cosas porque no ofrecérsela provocaría una auténtica sublevación de la hinchada). El viernes, Puñal se declaró dispuesto a seguir otra temporada. Cumple 38 años en setiembre, por lo que con el próximo curso se irá a los 39... y luego ya se verá. El tramo final de liga lo ha mostrado en excelente tono físico después de una temporada en la que no ha podido tener continuidad. Primero se la cortó el fino oído de Muñiz Fernández, que le costó cuatro partidos de sanción en el segundo encuentro liguero, ante el Barcelona. A la vuelta, una lesión muscular le dejó K.O. para otro mes. Raoul Loé primero y Lolo después se hicieron con el puesto, de modo que Puñal desapareció incluso de alguna convocatoria. Pero cuando ha llegado la hora de la verdad, Mendilibar ha recurrido a él sin dudarlo. El resto ya es historia.

La continuidad le permitirá batir más marcas. Primero superó, a finales de 2011, la del rojillo con más partidos en Primera, por lo que se plantó un roble en su honor en Tajonar. Luego se ha convertido en el jugador que más veces ha vestido la camiseta de Osasuna, en cualquier categoría, desbancando al goizuetarra José Manuel Etxeberria. Ahora tiene a veinte partidos vista la barrera de los 500. Para los medios será su siguiente reto, aunque a Puñal todas estas cosas le traen sin cuidado.

Cinco años después

Capítulo aparte merece el tanto que abrió la puerta de la salvación. Y es que Puñal llevaba exactamente cinco años sin lograr un gol en liga. Fue en otro partido especial, contra el Real Madrid en El Sadar. Se lo marcó a Casillas en el minuto 82, pero no hubo final feliz porque en la recta final los blancos dieron la vuelta al tanteo (1-2). Con ello se proclamaron campeones de Liga mientras Osasuna se quedaba al borde de Segunda.

En la temporada siguiente, Puñal marró un penalti contra el Mallorca en casa y a partir de ahí dejó de tirarlos, pasando la responsabilidad a Nekounam. Eso, y la falta de continuidad de esta temporada, le habían dejado el casillero en blanco. Como afirmaba en broma al concluir el partido del domingo, en realidad solo esperaba un día especial para volver a marcar.

Fue la enésima resurrección de un jugador que ya renació tras pasar por Oberena primero, por Leganés después... Llegó tarde a Primera, pero está claro que aún no se quiere ir.