GARA > Idatzia > Kultura

Ai Weiwei, por triplicado para una desmesurada Bienal de Venecia

Con tres instalaciones, una de ellas una recreación de los 81 días que pasó encarcelado, el disidente y artista chino Ai Weiwei es, sin duda, uno de los protagonistas de la 55 edición de la Bienal de Venecia, una de las citas más importantes del arte contemporáneo, que convierte a la ciudad de los canales en el carísimo centro cultural y mundano del planeta. Diez países presentan sus pabellones y Catalunya ha hecho lo propio, aunque haya provocado resquemores.

p042_f01.jpg

A.E. | DONOSTIA

Como si fuera una isla en Italia, la crisis parece que no existe para la Bienal de Arte de Venecia. La mayor cita con el arte contemporáneo del mundo abre mañana sus puertas al público con un récord de pabellones nacionales -88, con la incorporación por primera vez del Vaticano- y unas previsiones muy halagüeñas para los negocios locales. La Biennale les resulta incluso mejor que el carnaval, ya que no solo atrae a lo que se denomina como turismo de «tocata y fuga» (visita y un día sin pernoctar), sino también a gente con «posibles», de procedencia principalmente rusa, árabe, estadounidense y latinoamericana, y que pueden permitirse alojamientos que no bajan de 300 euros por noche. No hay libre un solo atraque para yates y barcos, reservados por los ricos coleccionistas y marchantes de arte.

Hasta el 24 de noviembre, Venecia será «Il Palazzo Enciclopédico», el título para esta edición elegido por el comisario, Massimiliano Gioni, se ha basado en la idea del artista italoamericano Marino Auriti de un museo imaginario destinado a albergar todo el conocimiento del mundo. En los 46.000 metros cuadrados del Arsenal (los antiguos astilleros venecianos), a los que se agregan los dos Salones de Armas de 6.524 metros cuadrados o los Giardini, se concentran los pabellones nacionales, aunque otras 47 exposiciones colaterales permitirán dar una laberíntica y más completa vuelta por el mundo del arte actual.

Con Ai Weiwi como protagonista indiscutible, aunque no va a poder estar en persona, de las tres instalaciones que le representan la que alberga la pequeña iglesia de San Antonin, un anónimo templo en el barrio nada turístico de Castello. En «S.A.C.R.E.D.» (Super, Accusers, Cleansing, Ritual, Entropy, Doubt)», seis bloques paralelepípedos de plomo permiten observar la recreación con todo lujo de detalle con pequeños muñecos en resina de su encarcelamiento en un lugar secreto durante 81 días. En Venecia, el artista chino presenta también «Straight», una gran instalación realizada con las barras de hierro de los colegios que se desplomaron en el terremoto de Sichuan de 2008, y es el invitado en el Pabellón de Alemania con una espectacular instalación de sus ya famosas sillas, esta vez en forma de «taburetes voladores».

Con los pabellones a vueltas

Por cierto, la Bienal también es criticada desde dentro. En el pabellón chileno, Alfredo Jaar, uno de los grandes artistas de su país, una impresionante instalación ataca al concepto de pabellones nacionales, cuando hoy en día los artistas «crecen, estudian, trabajan y viven en varias ciudades del planeta», dice. También critica que los poderosos estén en la zona de Giardini, mientras el resto -africanos y latinoamericanos principalmente- están en Arsenal o dispersos por la ciudad.

En Giardini está, por ejemplo, el pabellón español (la aragonesa Lara Almarcegui hace una «deconstrucción» en forma de seis toneladas de escombros, con un coste total de 400.000 euros). Y en los «Eventos Colaterales», Catalunya expone «25 %», título que toma del porcentaje de paro en el Estado español. El fotógrafo Francesc Torres presenta ocho historias de parados, a los que sigue y quienes eligen en el MACBA su obra preferida. Por cierto, que entre ellas hay piezas de Oteiza y Esther Ferrer. La cuestión es que la Generalitat ya tuvo ayer que justificar el coste de su proyecto, porque supera en 70.000 euros al español. Fuentes de Cultura de la Generalitat explicaron que casi la mitad corresponde al carísimo alquiler del espacio durante los seis meses que durará el evento.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo