El seguimiento del paro en Gipuzkoa fue muy extendido. Si bien desde primera hora se dejó notar el paso de los piquetes, en numerosos polígonos para cuando llegaron ya estaba todo prácticamente cerrado.

Sin embargo, tanto o más significativo que la jornada de huelga, fue la gran cantidad de gente que se echó a las calles por la mañana en la manifestación de Donostia y, por la tarde, en las descentralizadas en pueblos y cabezas de comarca.

En la capital guipuzcoana, la actividad industrial quedó paralizada en su mayor parte. El Polígono 27, del barrio de Martutene, que es el alma productiva de Donostialdea, estuvo totalmente paralizado. A las 7.30 de la mañana varios centenares de personas se manifestaron por unos pabellones carentes de actividad, más allá de algún empresario pícaro con persiana cerrada, pero con luz en la oficina.

En cuanto al sector servicios, la respuesta fue más desigual, importante en el centro de la ciudad y en la Parte Vieja, y más discreta en algunos barrios. Con quienes no parece que vaya la jornada de protesta son los aparcamientos -todos funcionando-, los taxistas -desplegados todos para recaudar lo que no alcanzaba el transporte público- y las farmacias -cuyos dependientes respondían por sistema que estaban de guardia, aunque su cartel informativo de la entrada decía lo contrario-. Entretanto, en área de influencia de Donostia, también el mercado de abastos de Mercabugatti quedó prácticamente si actividad. En relación al sector público, tanto el Ayuntamiento de Donostia -el Pleno del miércoles fue suspendido por el alcalde al cumplirse las 00.00 horas del jueves, ante el alboroto de la oposición- como la Diputación foral de Gipuzkoa se sumaron a la convocatoria.

Trabajadoras de residencias

Un poco más atrás caminaban las trabajadoras de las residencias de la tercera edad de Gipuzkoa, en conflicto desde hace semana, en demanda de un convenio justo y enfrentadas a la patronal Adegi, empeñada en impedir la aportación de la Diputación. Por detrás, miles de trabajadores y parados, así como representantes de empresas en puertas de liquidación o con ERE, jóvenes y jubilados, ikurriñas y banderas comunistas y anarquistas. Entre quienes acudieron también a la manifestación estuvieron el diputado general, Martin Garitano, la parlamentaria de Bildu Marian Beitialarrangoitia y dirigentes políticos como Rufi Etxeberria y Joseba Permach, de Sortu, y Ernesto Merino, de Aralar.

La marcha la cerraron las intervenciones de Gorka Berasategi, de LAB y Joseba Villarreal, de ELA, que destacaron el malestar generado «al poder» económico y político por la convocatoria de huelga de ayer.