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SEGUNDA B | Play-off de ascenso

Mendizorrotza explota con el premio a una gran temporada

Un lustro después de su descenso, el Deportivo Alavés regresa a Segunda División A. Lo hace a la primera y sin dejar lugar a dudas, tras ser el mejor equipo de la temporada regular y solventar con éxito los dos encuentros de la eliminatoria de campeones.

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ALAVÉS 1- JAÉN 0

Amaia U. LASAGABASTER

«Soy gasteiztarra y he conseguido esto con el club que me vio nacer y crecer. Qué más puedo pedir». Natxo González, con su hijo aferrado a la mano sobre el césped de Mendizorrotza, aguantando la voz y la amenaza de las lágrimas, personificaba como nadie la tremenda alegría de la que, tras años de espera, disfrutó ayer la familia albiazul.

Eran las ocho de la tarde cuando Herrero Arenas se llevaba el silbato a la boca para reventar Mendizorrotza. Que en realidad llevaba muchos minutos botando. O días. O incluso meses porque este Alavés ha olido a ascenso prácticamente desde que arrancó la temporada. En su cuarto intento consecutivo, en el segundo del proyecto liderado por Josean Kerejeta, en el primero de un Natxo González que ha superado todas las expectativas con las que regresó a la que es su casa, el Alavés se ha ganado a pulso regresar al fútbol profesional y olvidar todas las penurias de los últimos años.

Una larga espera que ha provocado que cada pequeño paso, cada gol, cada victoria, cada punto, se haya disfrutado al máximo hasta alcanzar la recompensa que premia una campaña excepcional. Porque excepcional es el rendimiento de un equipo que, superando los obstáculos que han salido a su paso -que los ha habido, sobre todo en forma de lesiones y no precisamente leves-, concluyó la temporada regular como el mejor de la categoría. Y que tampoco ha dejado lugar a dudas en el momento de la verdad. El Alavés acabó en el primer puesto porque fue el mejor e igualmente ha logrado el ascenso a la primera por ser el mejor. Se trajo un buen resultado de Jaén y redondeó ganando ante los suyos, incluso con más claridad sobre el césped que en el marcador.

De menos a más

No faltó el sufrimiento en Mendizorrotza, pero tuvo bastante más que ver con lo jugoso del premio, el escaso margen de error que ofrecen los resultados tan cortos o la factura que la presión, por mucho trabajo psicológico que haya por debajo, acostumbra a pasar o por la lentidud o velocidad con que transcurren los minutos, en función de lo que haga falta. Si la cosa se circunscribe al rival, el Jaén apenas inquietó en el primer tramo del encuentro, cuando se hizo con la posesión y la iniciativa ante un anfitrión desubicado e incómodo que, sin embargo, apenas sí vio el balón moverse por su área.

Incluso en esa primera media hora, y más aún en el cómputo general del encuentro, el Alavés, aunque no demasiadas, generó más y mejores ocasiones que la escuadra andaluza. Sobre todo desde que, superado el ecuador del primer tiempo, una buena jugada colectiva con remate último de Guzmán ejerciera de detonante. Un par de escapadas de Juanma, la aparición de Viguera... El ataque albiazul empezó a reclamar el protagonismo que hasta entonces habían acaparado los hombres de contención, ahuyentando los pocos temores que hubieran podido surgir hasta entonces.

Qué decir de la reanudación. El Alavés dio un paso adelante en su regreso al césped, acogotando a su rival, que necesitó unos cuantos minutos para reaccionar y dar cierta respuesta a los gasteiztarras. Con todo, seguían siendo los locales los que ofrecían mayor sensación de peligro. Pero faltaba definición, o temple, y la certeza de que un gol andaluz enviaba todo al traste no ayudaba a respirar. Hasta que, a un cuarto de hora del final, Gaitán trababa a Juanma en el área y el árbitro -aunque el ariete no cayó al suelo- vio claro el penalti. Era el momento y Borja Viguera, todo sangre fría, no lo desaprovechó.

Quedaban 15 minutos por delante y no faltó algún !ay¡, pero ya no había quien contuviera la fiesta. Primero en la grada, después sobre el césped y, hasta que el cuerpo aguante, en las calles de Gasteiz.

 

Guzmán

Como al resto del equipo, le costó ubicarse, pero un remate y un par de chisporroteos suyos ejercieron de detonante. Aunque le faltó definición, protagonizó varias de las acciones ofensivas más destacadas. Nando acabó frito y en el banquillo.

«El equipo ha sabido lo que significa llevar este escudo»

«Un momento inolvidable», «premio al trabajo», «agradecimiento a la afición»... El discurso se repetía de boca en boca. Con lágrimas en algunos casos, apenas sin voz en otros, con una sonrisa de oreja a oreja en todos.

No fue una excepción, aun demostrando un temple considerable, Natxo González, al que nadie duda en señalar, junto a Javier Zubillaga, como el principal responsable de este éxito. No quiso, de hecho, olvidarse de él el técnico albiazul a la hora de valorar lo realizado esta temporada. Tampoco «de Joxean Kerejeta y su equipo, el club... Por darme esta oportunidad y por confeccionar una plantilla que se ha partido la cara». «Ya conocéis a los jugadores... -añadió González, que no quiso olvidar a Juanje, en el hospital junto a su hija recién nacida- Somos una cuadrilla de amigos. La confección de la plantilla fue fantástica. Mejor o peor futbolísticamente, pero todos entendieron lo que significa llevar este escudo, gente con mucha hambre... Se lo he dicho más de una vez, «chicos, no sé cómo acabará esto, pero estoy orgulloso de vosotros, siempre os llevaré dentro». Y eso es lo que te queda».

En el plano personal, el técnico, que no dudó en dedicar el triunfo a su familia, recordó que «uno de los objetivos que me marqué cuando me fui de aquí hace diez años era volver a entrenar al primer equipo. Y cuando lo conseguí, me marqué el objetivo de llevarlo al ascenso. Creo que en la vida no existe la felicidad plena, pero hay momentos en que la rozas y este es uno de esos momentos», confesó González, que a la hora de valorar su aportación al Alavés, se definió como «un trabajador. Me ha costado muchísimo llegar hasta aquí. Allí donde he estado he tratado de dejar esa responsabilidad y entrega en el trabajo. Y además en este caso es evidente que hay un sentimiento a flor de piel».

No quiso aclarar el técnico si seguirá al frente del Alavés y tampoco lo hizo Joxean Kerejeta, que sí se mostró contundente a la hora de hablar de sus aspiraciones para la escuadra albiazul. «No nos hemos metido en este proyecto para quedarnos en Segunda A», aseguró, en declaraciones a Radio Vitoria. Se reconoció lógicamente satisfecho por el éxito conseguido en este segundo intento desde su llegada al Alavés. «De la mano de Zubillaga, con Natxo y las contrataciones que hubo, el equipo ha sido otro totalmente diferente. Ahora hay que disfrutar y seguir trabajando porque no nos hemos metido en este proyecto para quedarnos en Segunda A. Todavía tenemos por delante años muy duros, sobre todo por la deuda que tiene el club y que vamos pagando poco a poco, pero también es verdad que con la afición que tiene el club y con el trabajo que esperamos desarrollar nosotros, se puede seguir creciendo. Ha sido un salto importante, pero no queremos parar aquí», insistió.

Celebraciones. No habrán cesado en toda la noche, pero la oficial llegará hoy (19.00) en la Virgen Blanca.

Javi Hernández. El central fue trasladado al hospital para quedar en observación tras el fuerte golpe que sufrió en la cabeza en un choque contra un rival. GARA

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