Las FARC piden a Caracas y Bogotá recuperar la confianza para salvar el proceso de paz
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han expresado su preocupación por la tensión que atraviesan las relaciones entre Venezuela y Colombia y sus eventuales consecuencias sobre las conversaciones de paz que se desarrollan en La Habana, después de que el presidente colombiano recibiera al excandidato venezolano Henrique Capriles, e instó a ambos países a recuperar la confianza. El mandatario venezolano amenazó con retirarse del proceso.
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La guerrilla colombiana de las FARC, que mantiene negociaciones de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos, se declaró el sábado «muy preocupada» por el deterioro de las relaciones entre Colombia y Venezuela, país acompañante y facilitador del proceso, que «afectan a la extraordinaria atmósfera de paz que habíamos logrado construir en los diálogos de La Habana», y abogó por la reconstrucción de la confianza y el diálogo entre ambos países.
Tras meses de excelentes relaciones, Colombia y Venezuela pasan por una nueva crisis desde que el miércoles el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, recibiera en el palacio presidencial en Bogotá al excandidato opositor venezolano Henrique Capriles, lo que el mandatario bolivariano Nicolás Maduro denunció como una «conspiración» en su contra y expresó sus dudas sobre si «continuar o no en el proceso de paz de Colombia».
En un comunicado difundido en el blog de su delegación de paz en La Habana, el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC autoriza a sus negociadores en la capital cubana a mantener un encuentro con el embajador venezolano ante la OEA, Roy Chaderton, designado por Caracas como acompañante en los diálogos de paz, para que les «ilustre» sobre la situación y poder convenir acciones que permitan «reconstruir la confianza que requiere la continuidad del proceso».
La jefatura de la guerrilla destaca el papel relevante y sincero compromiso de Venezuela en la búsqueda de la paz para Colombia. Por eso, considera «urgente preservar y consolidar el avance histórico que significa para la construcción del acuerdo de paz, lo convenido hasta ahora en torno al tema de tierras, punto central del conflicto».
Igualmente, estima necesario «proseguir la discusión sobre los aspectos subsiguientes de la agenda, para seguir acortando distancias en la ruta que transitamos hacia la reconciliación de la familia colombiana».
«Conspiración activa»
Maduro denunció que la visita del excandidato perdedor de los comicios del 14 de abril a Bogotá forma parte de una «conspiración activa» que se desarrolla en la capital colombiana contra el Gobierno venezolano y su jefe de Estado. Acusó a Santos de haberle dado «una puñalada por la espalda» y dijo que en Bogotá «se ha configurado una situación de conspiración total» en su contra.
Sin embargo, el viernes reiteró que su canciller, Elías Jaua, tiene «instrucciones precisas» de dar pasos hacia «la reconstrucción y reconfiguración» de las relaciones bilaterales.
Jaua dijo el sábado que «no es justo que desde Colombia se estimule a quien de manera abierta desconoce las instituciones del Estado venezolano». Recordó que Venezuela no cuestionó la decisión de Santos de recibir a Capriles cuando le visitó como candidato y gobernador de Miranda, ya que entonces «estaba sometido a las reglas del juego democrático». «Pero hoy la circunstancia es distinta, porque no ha reconocido los resultados oficiales del 14 de abril, tal como lo pidió la Unasur», remarcó.
«Nadie tiene derecho» a afectar a Venezuela «y mucho menos» un Gobierno con el que se ha logrado una buena relación, «en la hemos puesto todo nuestro esfuerzo para que el pueblo colombiano tenga paz», añadió.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, respondió a las críticas de Maduro sobre su reunión con Capriles asegurando que se trata de un «malentendido» que se resolverá por vía diplomática.
Cuba, que expresó su «invariable» apoyo a Venezuela, afirmó que el encuentro entre Santos y el excandidato venezolano «lesiona los esfuerzos de Venezuela y otros estados a favor de la paz».
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció el sábado que su Gobierno suscribirá este mes de un acuerdo de cooperación con la OTAN de cara al ingreso del país en la Alianza Atlántica.
En un acto de la Armada en Bogotá, Santos señaló que el Ministerio de Defensa firmará una alianza y que, en caso de alcanzar la paz en las negociaciones con las FARC, el Ejército intentará también impulsar su papel en el ámbito internacional.
El mandatario indicó que Colombia tiene derecho a «pensar en grande» y que él va a buscar ser de los mejores «ya no de la región, sino del mundo entero», según regogió Telesur.
«Si logramos esa paz, nuestro Ejército está en la mejor posición para poder distinguirse también a nivel internacional. Ya lo estamos haciendo en muchos frentes», apostilló.
El Ejército de Colombia tiene un largo historial de denuncias por violaciones de derechos humanos y los llamados falsos positivos.
La posible cooperación de Bogotá con la OTAN «podría tener una implicación muy fuerte (para Latinoamérica), especialmente porque sería el único país de la región que forme parte de esa organización internacional de carácter militar», lo que «podría desestabilizar el equilibrio regional de seguridad», advirtió el profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Raúl Hinojosa.
Según Hinojosa, Bogotá deber «tener mucho cuidado al explicar los motivos del porqué» quiere formar parte de la OTAN, y alertó de que el Gobierno colombiano «se está abriendo a las críticas de la región». GARA
