Correr como ejercicio de responsabilidad
Atarrabia y Oiartzun han acogido este fin de semana sendas iniciativas populares que, siendo tan distintas en la forma, tenían un objetivo compartido: solidarizarse con los presos y presas vascas y exigir que se respeten sus derechos, sistemáticamente vulnerados. La música, por un lado, y el deporte, por otro, han sido en este caso los hilos conductores del sentir de la mayoría social de este país respecto a un tema que permanece dolorosamente enquistado por voluntad de los estados español y francés.
Ha querido la secuencia de los acontecimientos que Hatortxu Rock y Lasterbidean coincidieran en el tiempo con la exposición pública de la valoración que los interlocutores del Colectivo de Preso Políticos Vascos (EPPK) han hecho de las doce recomendaciones del Foro Social celebrado en marzo en Bilbo e Iruñea. Por boca del grupo de mediadores, los presos y presas expresaron su compromiso de estudiar tales recomenda- ciones, y lo hicieron apelando expresamente a su responsabildad como colectivo para impulsar el proceso. Y precisamente, responsabilidad es lo que mostraron las miles de personas que se calzaron las zapatillas para recorrer las calles oiartzuarras o quienes se apiñaron bajo una carpa en Iruñerria. Responsabilidad y compromiso es lo que demuestran todas aquellas personas que cada viernes ocupan su txoko en las plazas de los pueblos y barrios de Euskal Herria, y la que asumieron los 115.000 ciudadanos y ciudadanas que en enero desafiaron a un auténtico temporal para protagonizar la mayor manifestación de la historia de este pueblo.
Que en la primavera de 2013 actividades tan habituales como correr o bailar se hayan convertido en ejercicios de solidaridad y de responsabilidad política dice mucho del tiempo que nos ha tocado vivir como pueblo, pero también del carácter de las personas que lo forman. La fotografía con la que hoy abrimos este periódico sería inexplicable en cualquier otro contexto, en cualquier otro país de nuestro entorno. Sin embargo, quienes aparecen en ella lo hacen con la naturalidad de quien sabe que avanza en la dirección correcta.