La Real jugará en Europa. Mourinho nos dejará sin temario cotidiano. El glorioso Alavés sube a segunda división con celebración explosiva. Bielsa ofrece unas ruedas de prensa que parecen clases magistrales, discursos inaugurales o regañinas jesuíticas en ejercicios espirituales. Si miro ETB casi todo es blanco y azul. Osasuna sigue. Casi ha terminado un curso futbolístico, un ritual sociológico y mañana, después de las duchas frías o los baños en espuma, viene la realidad. Una realidad que en el delicado terreno de los clubes de fútbol viene marcada por su situación económica, que en algunos casos es bastante delicada, cuando no se está al borde de la quiebra. Las televisiones de pago están haciendo cuentas y ven como no les sale. Se ha roto la cadena de transmisión de euros.

En el ámbito televisivo han sucedido muchas cosas y van a suceder más. Los programas nocturnos dedicados al fútbol, están sin asegurar su continuidad. Parece claro que desaparece enteramente la señal de Marca TV, que TVE ha consolidado en su canal TDP unas tertulias mucho más sensatas y no tan ideologizadas como las de «Punto Pelota» que no se sabe si sigue en Intereconomía o se pasa a la competencia. Hay nervios y tensión. ETB, seguirá con sus espacios deportivos en sus diversos canales, aunque ahora ampliará su cobertura al periplo europeo de la Real. Las televisiones locales de Bizkaia seguirán consumiendo horas descifrando el futuro deportivo del Athletic y su nuevo campo, una inversión institucional en tiempos de crisis que nadie cuestiona.

Con la excepción de un partido a la semana los lunes o los viernes de la Liga, algunos partidos de los equipos estatales en la Champions y los partidos de la Roja, la temporada que acaba se ha emitido casi todo el fútbol por canales de pago. Por eso los horarios eran tan espaciados, para que no existiera competencia y solamente se emitía un partido en cada tramo horario. No ha pasado nada socialmente, pero tampoco se ha solucionado el problema económico. Se puede vivir sin fútbol en abierto, las cadenas sin eventos deportivos sobreviven y se aventuran malos tiempos para el deporte televisado.