Los rebeldes sirios llevan la guerra a la frontera con Israel
Debilitados tras la derrota en Qusseir, los insurgentes sirios llevaron los combates a la frontera con Israel, en los altos del Golán ocupados por el Estado sionista desde 1967. Aunque brevemente, tomaron el control de uno de los pasos fronterizos, que el Ejército dijo haber recuperado poco después. Los combates precipitaron la salida de los cascos azules austríacos.
GARA |
Después de una victoria estratégica de las fuerzas de Bashar al-Assad en la ciudad clave de Qusseir, cerca de la frontera con Líbano, los insurgentes sirios reaccionaron en la frontera con Israel y tomaron brevemente el paso de Quneitra, en la línea de alto el fuego en el Golán, antes de ser desalojados por el Ejército. «El Ejército sirio ha retomado el control del paso. Hay ruido de explosiones de vez en cuando pero mucho menos que durante la mañana», confirmó a France Press una fuente de seguridad israelí bajo anonimato.
Sin embargo, el portavoz de la Comandancia Suprema del ELS, Qasem Saadedin, aseguró que aún se libraban intensos combates en torno a Quneitra y «ninguna de las partes puede decir que controla el paso fronterizo».
Israel, oficialmente en guerra con Siria, ocupó 1967 casi 1.200 kilómetros cuadrados en la meseta del Golán, y los ha anexionado sin que la comunidad internacional lo haya reconocido.
El puesto fronterizo, único punto de contacto entre Israel y Siria -y utilizado en contadas ocasiones- había caído en manos de los insurgentes sirios y el Ejército israelí decretó el sector como «zona militar cerrada». Los rebeldes atacaron los puestos y posiciones del Ejército y se hicieron con el control del paso.
Según el medio electrónico «Ynet», dos sirios gravemente heridos cruzaron al lado israelí de la frontera y fueron trasladados a un hospital donde recibieron tratamiento médico.
Asimismo, medios israelíes informaron de la caída de dos proyectiles de mortero del lado israelí de la frontera, que no causaron víctimas.
Retirada de soldados austríacos
De hecho, los combates cada vez más cercanos al Golán, hicieron que en un bombardeo resultaran heridos dos cascos azules de las fuerzas de la ONU desplegadas en la zona de alto el fuego entre Siria e Israel. Estos hechos llevaron a Austria a anunciar la retirada de sus 378 soldados que forman parte de la fuerza de Naciones Unidas (FNUOD).
«Los acontecimientos de esta mañana han mostrado que ya no era defendible una espera prolongada», afirmaron el canciller Werner Faymann, y el vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores, Michael Spindelegger. «Las observaciones del Ministerio de Defensa han constatado en las últimas semanas un empeoramiento sostenible de la situación en la zona», agregaron. Canadá, Japón y Croacia ya retiraron hace varios meses a sus militares. En marzo y mayo soldados filipinos de la fuerza de la ONU fueron secuestrados por rebeldes sirios.
La retirada significa un duro golpe para esta misión, que contaba hasta ahora con unos 900 efectivos. La propia ONU reconoció que con la salida de los austríacos la misión «pierde su espina dorsal». A la vez, después de haber tomado el control de Qusseir, en el centro-oeste del país, el Ejército bombardeó una localidad vecina, donde, según la oposición, cientos de civiles y heridos se habían refugiado.
Bombardeos cerca de Qusseir
«El Ejército bombardea Bueida al-Sharqiyé con misiles», señaló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Qusseir se encuentra en la vía de suministro de la insurgencia desde Líbano y, a la vez, une la capital con las zonas alauíes de la costa. Rusia afirmó ayer que se trata de «un éxito incontestable», aunque añadió que el empleo de la fuerza no solucionaría todos los problemas en Siria.
Según el OSDH, Qusseir ha quedado «totalmente devastada por los combates, totalmente destruida, totalmente desierta».
Fuentes oficiales de Damasco añadieron que las fuerzas del régimen sirio recuperaron también el control del barrio de Jalediya en la ciudad de Homs, uno de los bastiones de la oposición armada.
La toma de la ciudad de Qusseir supone una importante victoria para el régimen de Bashar al-Assad que se ve ahora en mejor posición ante unas eventuales negociaciones frente a una oposición debilitada y dividida. La caída de este feudo «confirma la tendencia de que el régimen está ganando terreno frente a los rebeldes», afirma Shadi Hamid, del Brookings Doha Center. «Sus tropas ganan puntos mientras los rebeldes pierden moral y terreno», opina. «En el curso de los dos primeros años de conflicto, se pensaba que la caída del régimen era inevitable. Pero con Qusseir, no solo no es inevitable, sino que incluso los rebeldes pueden perder», según Hamid. La reconquista de la ciudad llega en el momento en que se negocia la organización de una conferencia internacional sobre el conflicto sirio. «Pone al régimen en mejor posición porque una victoria militar te da un efecto de palanca en la negociación», explica Hamid. «Por eso los rebeldes son tan reticentes a acudir a Ginebra. Es el peor momento para ellos», añade. Situada cerca de la frontera con Líbano, Qusseir es clave para las vías de aprovisionamiento de los rebeldes. Damasco podría intentar ahora desalojarlos de Homs o incluso de Alepo. «Pero esto no quiere decir el fin de la guerra», afirma Jattar Abu Diab, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de París-Sur, que recuerda que el año pasado el régimen pensaba que con la caída del barrio de Bab Amro, en Homs, lograría la victoria final. Además, en su opinión, «la oposición ahora se va a radicalizar y va a dirigirse hacia una mayor militarización», complicando aún más una eventual salida negociada. GARA
Tras la retirada de los austríacos, la misión de la ONU se queda solo con tropas de India y Filipinas, aunque el Gobierno de Manila adelantó hace semanas su intención de retirar a sus 300 efectivos, especialmente después de haber sufrido varios secuestros.
El líder de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, instó a los sirios a elevarse «por encima de las diferencias sectarias» para derrocar el régimen de Bashar al-Assad y frustrar las pretensiones de Washington de establecer en Damasco un Gobierno leal a Estados Unidos que garantice la seguridad de Israel y de convertir la yihad en una «herramienta occidental contra Irán». «Leones del Levante, uníos alrededor de este honroso objetivo y elevaos por encima de las diferencias sectarias», apeló Al-Zawahiri en un mensaje difundido por internet. «Estados Unidos, sus agentes y sus aliados quieren que derraméis vuestra sangre y la sangre de vuestros hijos y esposas para acabar con el régimen criminal baazista y establecer posteriormente un gobierno leal a ellos y que salvaguarde la seguridad de Israel», añadió. GARA