Miles de personas huyen de las inundaciones en Europa Central
Andrea HENTSCHEL (AFP) |
Miles de personas permanecían ayer refugiadas en los centros de emergencia al este de Alemania para huir de las inundaciones históricas que han puesto en alerta a varios países de Europa Central.
La situación seguía particularmente tensa en la región de Baviera y el este de Alemania, donde las ciudades industriales de Bitterfeld y Halle se preparaban para lo peor.
Frente a la subida del agua, miles de alemanes dejaron sus domicilios y se amontonaron en los gimnasios, donde se instalaron camas de campaña. «Llegamos a dormir unos minutos solo y luego vinieron a despertarnos», se lamentaba una mujer, Simone Müller, en Bitterfeld. La ciudad de Deggendorf, cerca de la frontera checa y austríaca, estaba casi aislada del mundo, según la prensa local.
Algunos habitantes tuvieron que ser evacuados por helicóptero de sus hogares mientras que las imágenes aéreas mostraban viviendas casi sumergidas y edificios en donde el nivel del agua alcanzaba o era superior al primer piso. Una parte de la autopista estaba igualmente sumergida y algunos camiones abandonados en las carreteras estaban cubiertos hasta el techo. En esta misma región el agua bajó en la ciudad de Passau, en donde los habitantes comenzaron a remover las toneladas de barro que trajeron las crecidas que alcanzaron el centro histórico.
Los habitantes descubrieron con sorpresa la importancia de los daños al regresar a sus hogares. Aunque todavía no hay crifas oficiales sobre el coste de las pérdidas, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, indicó ayer que la ayuda de 100 millones de euros ya anunciada podría ser insuficiente. La ciudad de la porcelana, Meissen, continuaba invadida por el agua mientras que, no muy lejos de allí, Dresde, a orillas del Elba, intentaba salvar su centro histórico con la ayuda de bolsas de arena para reforzar los diques.
En Hungría, los servicios de rescate y miles de voluntarios trabajaron toda la noche para reforzar las defensa contra la crecida del Danubio. Los diques fueron reforzados a lo largo de 689 kilómetros del río en el país.
En Budapest se esperaba el pico de la crecida para el lunes con un nivel de 8,85 metros. En la capital se colocaron diques de arena alrededor de la isla Margarita, en el centro de la ciudad, cuyos dos hoteles de lujo fueron evacuados.
En Austria el agua continuaba retirándose después de que la crecida alcanzara un nivel récord histórico en Korneuburgo, cerca de Viena. La República Checa respiraba con alivio tras cinco días de crecidas en las que murieron al menos ocho personas. 20.000 fueron evacuadas en todo el país y miles de hogares seguían privados de electricidad, gas y agua potable.