El británico Chris Froome (Sky) asestó un nuevo golpe a Alberto Contador (Saxo), imponiéndose por delante del madrileño en la quinta etapa del Dauphiné disputada entre Gresy sur Aix y Valmorel, de 139 kilómetros, en la que además se puso el maillot amarillo de líder de la carrera.

El duelo entre los favoritos del Tour que se prueban en el Dauphiné sonrió de nuevo a Froome. Si en la contrarreloj le metió a Contador 2:45, en la primera llegada en alto, en Valmorel, el británico de origen keniata volvió a mostrarse superior, poniendo de manifiesto que su fortaleza le acompaña con inteligencia.

Y es que Froome, después de que el Sky controlara toda la subida con mano de hierro, sufrió el ataque de Contador a 1 kilómetro de meta. El ciclista de Pinto salió disparado, pero su gran rival apenas se inmutó.

Cogió aire y se fue lanzado en su busca junto a Matthew Busche (RadioShack), último integrante de la fuga del día junto con los vascos Imanol Erviti (Movistar) y Peio Bilbao (Euskaltel). Froome contestó en los últimos metros para abrir incluso una diferencia de 4 segundos.

Una demostración de fuerza, confianza y autoridad en su temporada triunfal, similar a la de su compañero Wiggins la pasada campaña, antes de que el también inglés ganara el Tour. De esta manera, Froome firmó la octava victoria del curso.

«El plan no era ganar la etapa»

Al término de la jornada, el ganador señaló que «el plan inicial no era ganar la etapa, pero no podía hacer otra cosa después del fantástico trabajo de mis compañeros, especialmente de Peter Kennaugh y Richie Porte».

Asimismo, se refirió a Alberto Contador: «Esperaba un ataque de su parte, había perdido tiempo en la contrarreloj. Estoy seguro de que estará listo para el Tour dentro de tres semanas».

De hecho, el madrileño indicó que «la Dauphiné no es mi carrera, estoy aquí para ir mejorando la condición y no ir demasiado rápido, porque el verdadero objetivo es el Tour».