Justin Gatlin batió ayer a Usain Bolt en los 100 metros de la Golden Gala, quinta reunión de la Diamond League, que vivió la derrota de su ídolo. El estadounidense se impuso por una centésima (9.94, con viento favorable 0,8 m/s) al jamaicano (9.95) a quien la maquinaria no le alcanzó para rematar y cerrarle la boca al sprinter de Brooklyn que la víspera le mandó un recadito con sus declaraciones.

Gatlin, bronce olímpico en un Londres que solo tenía ojos para Bolt, llegó crecido a la capital italiana aprovechando su magnífica y regular primavera. Lleva tres victorias consecutivas en la Diamond League -9.97 en Doha y 9.88 en Eugene, con viento ilegal- y entre medio pasó por Beijing donde con sus 9.91 se situó en el segundo puesto del ranking de 2013 por detrás de su compatriota Tyson Gay (9.86).

Sorprendentemente, Bolt no se atascó en los tacos de salida: 143 milésimas, frente a las 163 de un Gatlin que se fue a dar la vuelta de honor saboreando su éxito más mediático desde que regresara a la competición tras pagar el peaje por dopaje que desde 2006 a 2010 le tuvo fuera de la circulación atlética.

Con 31 años pudo con el recordman y seis veces campeón olímpico once meses después de que el Relámpago perdiera ante su compatriota Blake. «No estaba ahí, no era yo. Tuve una buena salida, pero después de cinco zancadas sentía menos las piernas. Tengo que trabajar más duro. Necesito tiempo», señaló el mejor velocista de la historia intentando explicar que había pasado. Disfrazado de rey de Roma en el cartel anunciador de esta reunión, que apuesta por su presencia aunque le salga cara -se habla de 230.000 euros-, el estadio Olímpico esperaba otra exhibición del jamaicano que dominó en sus anteriores visitas -9.91 en 2011 y en 2012 9.76, récord del mitin-, pero falló quizás por esa tendinitis en la corva que le ha molestado. Le veremos pronto, aunque de traje. El solicitado Bolt entregará el domingo en París el trofeo al ganador masculino de Roland Garros. No fue la única sorpresa. La marfileña Murielle Ahoure se merendó a Allyson Felix en los 200 metros (22.36). Los etíopes también estuvieron finos: primero, Yenew Alamirew con 12.54.95 superó al prometedor Gebrhiwet en el 5.000 y después Aman suplantó al ausente Rudisha con 1.43.61 en 800 metros. Amantle Montsho, la africana de Botsuana, firmó la mejor marca del año en 400 metros (49.87) de los que es campeona mundial. Y finalmente el pertiguista Lavillenie, que llevaba dos triunfos en Roma como Bolt, se vio desplazado por el alemán Holzdeppe que se elevó 5,91. Su primera derrota tras 14 reuniones de diamante.