Jean Michel Colo (UMP), alcalde de la localidad labortana de Arrangoitze desde hace tres décadas, se ha negado a oficiar una boda entre dos hombres, declarándose de facto insumiso a la ley que legaliza el matrimonio homosexual, aprobada en el Estado francés el pasado 18 de mayo.

La noticia fue revelada en su edición de ayer por «Le Journal du Pays Basque», que recogía declaraciones del primer edil: «En efecto, he recibido una solicitud, pero ya hemos informado al prefecto de que no celebraremos ningún matrimonio homosexual, ni yo ni ningún integrante de mi consejo municipal».

Preguntado por la nueva ley que da cobertura a estas uniones entre personas del mismo sexo, Colo manifestó que a su juicio dicha norma «es ilegítima» y mostró su esperanza de que más alcaldes tomen el mismo camino. «Yo, cuando he querido tener un hijo, me he casado con una mujer, no me he girado hacia mi vecino», sentenció.

Según «Sud Ouest», hoy está previsto que se celebre el primer «matrimonio para todos» -así se denomina oficialmente- en Ipar Euskal Herria, si bien los cónyuges han optado por conservar el anonimato. Además, hay otras dos bodas gays previstas para el próximo sábado en Hendaia y Biarritz.

La diputada del PS Colette Capdevielle ha remitido una carta al prefecto del Departamento de Pirineos Atlánticos, Lionel Befre, en la que le insta a hacer que la normativa se cumpla, también en Arrangoitze.

«La Ley ha de ser aplicada en su integridad y es responsabilidad de los electos, y especialmente de los alcaldes, respetar nuestros textos legales», argumenta Capdevielle.