El máximo dirigente jeltzale valoró la dimisión de la directora de Instituto Vasco de Consumo-Kontsumobide, Belén Greaves, tras haber sido reprobada por el Parlamento de Gasteiz, subrayando que, «si lo que le ha sucedido a ella se aplicara al resto de instituciones, muchas de Euskadi y casi todas las de España estarían vacías».

Tras reconocer que le da pena el adiós de Greaves, destacó que la ya exdirectora de Kontsumobide «ha demostrado a lo largo de su carrera política una valía y dedicación altísima». «Terminar así no es la manera que más me gusta y seguro que a ella tampoco. Es una decisión que le engrandece porque en este mundo de la política nadie dimite», manifestó.

A su juicio, Greaves ya había asumido el «error» que supusieron sus declaraciones sobre las aportaciones financieras subordinadas de Eroski y Fagor y había puesto las cosas «lo suficientemente bien como para que ese error se enmendara y hubiera un arbitraje justo», algo de lo que eran conscientes los propios afectados. «La oposición ha querido rizar el rizo y han hecho una utilización de este tema exagerada. No ha venido buscando con la reprobación ni favorecer a los afectados, ni un proceso más justo, sino el escarnio y la debilidad del gobierno y pasarle factura», indicó para añadir que Greaves «ha demostrado una altura política que no han tenido los que han pedido su reprobación».

Gobierno «colaboracionista»

Entretanto, el parlamentario de EH Bildu Igor López de Munain valoró como positiva la dimisión de Greaves, al considerar que su defensa de la actuación de Eroski y Fagor en el polémico caso de las aportaciones subordinadas de estas empresas la «deslegitimaba» para seguir al frente de Kontsumobide.

El representante de la coalición abertzale añadió que las declaraciones de la responsable del Instituto Vasco de Consumo fueron «un ejemplo de gobiernos colaboracionistas con el poder económico y financiero, que dejan en una evidente desprotección a la ciudadanía». Según señaló, el PNV y el Gobierno de Gasteiz «tienen la obligación de hacer que todos los instrumentos de acción pública, como Kontsumobide, sean herramientas al servicio de la ciudadanía y de los sectores más agredidos de la sociedad, y no correas de transmisión de los intereses empresariales».

«Vivimos en un momento en el que los gobiernos y la política tienen que optar entre defender a la ciudadanía frente a los desmanes empresariales y financieros, o alinearse con éstos para preservar sus intereses», subrayó el parlamentario.