Obama y Xi tratan de asentar la relación bilateral en un encuentro informal
GARA |
El presidente de EEUU, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, se encontraron ayer en California en una cumbre informal, en la que Washington espera sentar las bases de una relación de confianza con China para el futuro.
En Rancho Mirage, Obama y Xi tienen en la agenda asuntos espinosos, tanto geopolíticos (Corea del Norte, disputas territoriales con aliados de Washington, desplazamiento del interés diplomático y militar de EEUU hacia la zona de Asia-Pacífico) como económicos (contenciosos comerciales, cambio del yuán y, sobre todo ciberseguridad). Pero la Casa Blanca espera menos resultados inmediatos de este encuentro que efectos a largo plazo para las relaciones entre las dos potencias económicas mundiales, a la vez socios obligados y competidores.
Aunque Obama y Xi no tenían previsto encontrarse hasta la cumbre del G20 en setiembre en Rusia, prefirieron mantener una reunión con anterioridad.
«Al comienzo de los mandatos de los dos presidentes, creemos que estas conversaciones informales permitirán a los dos dirigentes cubrir un programa lo más extenso posible», según un alto cargo estadounidense.
Pero Obama quiere además «establecer una relación sobre la que se basará en los próximos años», según la misma fuente.
La parte estadounidense dijo estar agradablemente sorprendida de que los chinos hayan accedido a no organizar una visita de Estado con gran pompa y del cambio de estilo que dicen observar en el nuevo dirigente.
Obama y Xi se reunieron ayer en la lujosa residencia Sunnylands. Tras las declaraciones a la prensa, ambos preveían compartir una cena de trabajo y continuar hoy con las conversaciones. La ciberseguridad es uno de los temas que se han impuesto en la agenda.
Ciberseguridad
Washington atribuye a piratas que operan desde China el robo masivo de datos informáticos del gobierno o empresas privadas. Empresarios estadounidenses han pedido a Obama que se muestre contundente frente al presidente chino. China rechaza estar en el origen de estos sucesos y asegura ser también víctimas de los mismos.
Casualmente, Obama va a defender la seguridad informática de su país cuando su propia administración protagoniza la polémica por el acceso de las agencias de espionaje a los registros de llamadas telefónicas de la mayoría de los ciudadanos estadounidenses.