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Jatami y Rafsandjani intentan concentrar el voto reformista

El pragmático Mohamed Reza Aref se retiró ayer de la carrera presidencial dejando a Hassan Rohani como el único candidato de esta corriente elitista que se contrapone a la de los conservadores, por lo que cuenta con el apoyo de los sectores reformistas de Irán. Ambas facciones se han unido para criticar duramente la gestión del actual presidente Mahmud Ahmedinejad, quien se ha quedado compuesto (sin posibilidad de réplica) y, por tanto, sin candidato

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Dabid LAZKANOITURBURU

En los últimos días se habían multiplicado los llamamientos entre los dirigentes pragmáticos y los militantes reformistas para que Mohamed Reza Aref, uno de los dos únicos candidatos no alineados con el sector llamado conservador, se retirara a favor de Hassan Rohani, quien cuenta con el apoyo crucial del ex presidente de Irán y candidato rechazado, el clérigo Akbar Hachemi Rafsandjani.

«En una carta, (el también expresidente) Mohamed Jatami, considerado líder del movimiento reformista, ha señalado que mi mantenimiento en la carrera presidencial no revertía en el interés (del movimiento), por lo que he decidido retirarme», señaló Aref en un comunicado en su página web. Horas más tarde, Jatami instaba a los iraníes a votar por Rohani.

La retirada de Aref es la segunda en 48 horas tras la del conservador Gholam-Ali Hadad-Adel, quien desistió el lunes para «favorecer la victoria de un candidato conservador».

Adel, expresidente del Parlamento, es cercano al guía supremo y líder de los conservadores, Ali Jamenei, aunque no estaba entre los favoritos.

Rohani, un clérigo de 64 años, tendrá como principales adversarios a Said Jalili, Ali Akbar Velayati y a Mohamed Bagher Ghalibaf. Los otros dos candidatos, el conservador Moshan Rezaie y el «moderado» Mohamed Gharazi, aparecen muy por detrás en la carrera.

«Seguiré la misma vía que Jatami y Rafsandjani», anunció Rohani durante un mitin en Kurdistán Oriental (Irán).

La cuestión nuclear

Rohani defiende una política de moderación en las negociaciones con la grandes potencias (5+1) en torno al programa nuclear iraní, Bajo la presidencia de Jatami, Rohani fue el secretario del Consejo Supremo para la Seguridad Nacional. Era responsable de las negociaciones nucleares, entonces circunscritas al Estado francés, Gran Bretaña y Alemania entre 2003 y 2005.

Teherán aceptó entonces la suspensión de su programa de enriquecimiento de uranio y la aplicación del protocolo adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que permite inspecciones sorpresa.

En 2005, tras la victoria electoral del presidente saliente, Mahmud Ahmedinejad, Irán retomó sus actividades de enriquecimiento y condicionó la aplicación del protocolo.

Los partidarios de Said Jalili, actual jefe de la delegación negociadora nuclear iraní y uno de los candidatos favoritos en los comicios del viernes, han hecho suya esta bandera criticando la política conciliadora de Rohani, a quien acusan de cerder sin obtener nada a cambio de las potencias occidentales.

Mientras la prensa pragmática o reformista saludaba la «gran unión», crecen las voces en los sectores conservadores para instar a hacer un movimiento similar. «En caso de dispersión del voto entre los conservadores, un candidato de esta línea será elegido por corta distancia respecto al candidato de los reformadores, lo que estos podrían utilizar para hacer propaganda (...) esta dispersión no es razonable», insistía Hassan Shariatmadari, director del diario «Kayhan».

De momento, y aparte del caso de Gholam-Ali Hadad-Adel, ninguno de los otros tres candidatos conservadores ha hecho ademán de retirarse de la liza.

De todos modos, todo apunta a que el sistema ha decidido decidido dejar un espacio político a los pragmáticos que, sin salirse del sistema clerical, concitan las esperanzas del voto juvenil-reformista de las clases medias iraníes.

conservadores

Uno de los cinco candidatos conservadores, Gholam Ali Hadad.Adel, renunció a su candidatura e instó al resto a presentar una candidatura común para intentar vencer en primera vuelta al único candidato pragmátco.

Todos contra el presidente saliente Ahmedinejad

El presidente saliente, Mahmud Ahmedinejad, quien vio cómo su candidato y delfín era prohibido por el Consejo de Guardianes de la Constitución, ha señalado que «ni el Gobierno ni yo mismo apoyamos a ninguno de los candidatos. Solo tengo un voto y es secreto».

Al margen de eventuales negociaciones y maniobras secretas, no extraña la actitud de Ahmedinejad, objeto de críticas unánimes desde ambos sectores en disputa.

Analistas alineados con el sector reformador le acusan de haber aislado a Irán con su política contundente respecto a Israel. Olvidan, en todo caso, que la política internacional no es prerrogativa exclusiva del presidente y que contaba con el aval del guía supremo.

En la misma línea, conservadores y pragmáticos responsabilizan al Gobierno de Ahmedinejad y a su «mala gestión» de la crisis económica en el país. Coinciden en denunciar su política de subvenciones y de construcción de viviendas sociales, además de su apoyo a las pequeñas empresas.

El Gobierno reivindica su labor recordando que las draconianas sanciones internacionales están en el origen tanto de la inflación y de la depreciación de la moneda nacional como de la reducción de los beneficios petrolíferos. Solo Jalili, jefe negociador nuclear, y el candidato conservador renunciante Adel han renunciado a «hacer leña del árbol caído».

El resto, incluidos los conservadores Velayati y el alcalde de Teherán Ghalibaf prometen medidas para mejorar la economía del país. Coinciden en ello con los reformistas, anclados asimismo en una visión liberal en cuestiones económicas. D.L.

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