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LIGA ACB ENDESA | Tercer partido de la final

El carácter de los de Pablo Laso decide

El Barcelona aguantó hasta el último arreón merengue, pero entre Felipe Reyes y un gran final de Nikola Mirotic, el Real Madrid se pone arriba por 2-1.

Arnaitz GORRITI

Pablo Laso vuelve a estar a un paso de la Liga. Su Real Madrid dio un paso de carácter y, pese a lo correoso de su rival, se impuso por un claro 72-84.

El Real Madrid se puso a la tarea de recuperar el factore cancha desde el salto inicial. A pesar de su mal porcentaje en el tiro de tres, sus incansable ataque a la zona culé -y eso que Lorbek pudo jugar a pleno rendimiento- y la carga del rebote en ataque dio a los de Laso la iniciativa desde los primeros minutos. Felipe Reyes, gran capitán que se asemejó a sus grandes minutos de la final de 2007, final en la que consiguió el galardón de MVP, fue el faro que guió la ofensiva madridista, mientras que Rudy Fernández, errático en el triple como en toda la serie, hacía daño con saña a Navarro a base de penetraciones por el centro.

El Barcelona, con un Jasikevicius rejuvenecido, aguantaba el tirón, aunque casi siempre por detrás. Navarro también colaboraba a pesar de errar sus lanzamientos triples, y es que los nervios no dejaban a los dos conjuntos sacar la putería de la que han hecho gala en otros momentos.

Después del 13-17 del final del primer cuarto, el Barcelona llegó a empatar mediado el segundo asalto, pero el Real Madrid volvió a tomar la iniciativa gracias a una rotación más sólida en defensa. A falta de mayores virtudes, esa fuerza y solidez suponían el mayor activo de la escuadra merengue, que llegaba al receso con seis puntos de ventaja: 35-41, tras mate de Begic.

Pero este Barcelona es un conjunto correoso. Así, tras el descanso, el Real Madrid se adelantaba 37-45 en un gran arranque, pero entre los sempiternos problemas de Rudy Fernández con su espalda y la remontada culé, los de Xavi Pascual llegaban a ponerse por delante, 46-45, gracias a un «dos más uno» de Tomic y un triple de Oleson. Para más inri, Nikola Mirotic cometía su cuarta personal al darle un exagerado codazo a Wallace.

Miedo a no perder

Y, sin embargo, el Real Madrid tampoco se quería venir abajo. Miedo a no perder, que no zes miedo a ganar, sino ansias por demostrar al eterno rival de que cada punto de esta serie valdrá su peso en platino. En estas, el Barcelona se vio con desventaja, 50-56, al final del tercer cuarto. En medio, un triplazo de Llull en movimiento y en caída -lás fáciles las suele fallar el de Mahón-, y una canasta de Slaughter nada más arrancar el último cuarto: 50-58.

No, no fue el mejor partido de la historia, pero al menos ambos conjuntos mostraron un excedente de orgullo. De esta forma, a falta de mayores aciertos, entre faltas y errores de gente acelerada como Sergio Rodríguez y Sada, se vieron jugadas como una «asutoasistencia» de Felipe Reyes para anotar su propio rebote ofensivo. Mientras, Navarro despertaba para ofrecer esencias finales de un físico acabado pero un talento ilimitado. en efecto, querido lector, el seguidor imparcial pudo disfrutar de la emoción de los minutos finales de un choque clave.

Pero Navarro estaba solo, no así los jugadores del Real Madrid, ya que Mirotic y Llull se lucieron con sendos triples; más aún, Mirotic sentenció con un par de triples de más. Mañana, cualquier cosa podrá pasar. Visto lo visto, el Real Madrid tiene mayor fuelle físico y al parecer recursos físicos. El Barcelona mientras tanto vive exclusivamente dependiente de la inspiración de Navarro.

parcial final

Los de Laso mantuvieron la cabeza durante casi todo el tiempo, pero cuando el Barcelona llegó a situarse arriba 46-45, reaccionó como nunca, liderado por Reyes y Mirotic, para machacar el Barça.

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