El presidente de la República Checa, Milos Zeman, indicó ayer que las acusaciones de corrupción y abuso de poder en el seno del Gobierno checo son «muy serias» y parecen bien fundadas. Zeman se ha sumado así a quienes creen que el primer ministro Petr Necas debe dimitir.

«Considero que los cargos que se han presentado contra el Gobierno son muy serios», declaró el presidente. «Tras escuchar al jefe de Policía y al fiscal, estoy llegando a la conclusión de que tienen suficientes pruebas», añadió.

La Fiscalía checa presentó el viernes cargos contra los siete detenidos tras las redadas en los departamentos gubernamentales. Entre los detenidos se encuentran la jefa de gabinete del primer ministro y dos miembros del servicio de inteligencia militar, según informó ayer en rueda de prensa el abogado de Estado, Ivo Istvan.

Istvan ha comunicado que entre los cargos se incluye el de abuso del servicio de inteligencia militar. También ha informado acerca de la detención de exdiputados de la Cámara Baja por aceptar favores ilegales.

La macro operación anticorrupción llevada a cabo el jueves entre altos funcionarios que acabó con la detención de tres de sus más estrechos colaboradores (entre ellos, Jana Nagyova, la responsable de su gabinete), ha colocado al jefe del Ejecutivo checo en una posición extremadamente delicada. La oposición ha pedido su dimisión inmediata, amenazándolo con una moción de censura, y aunque Necas ya se ha negado, la falta de apoyo de Zeman complica aún más su situación.

El gabinete de centro-derecha de Petr Necas se ha ganado muchos elogios por dar mano libre a los fiscales para investigar la corrupción en el país, pero también se ha visto inmerso en varios escándalos desde que llegó al poder en 2010.

En cuanto a la detención de Nagyova, el primer ministro Necas se limitó a decir a los periodistas: «solo puedo comentar que mi confianza en ella no ha disminuido y que no tengo ninguna razón para creer que haya cometido algo ilegal».