«La injusticia no es anónima, tiene nombre y dirección»

(Bertolt Brecht)

Eehhhte, Bergoglio resién descubrió, -¿no es sierto, pibe?- un lobby gay dentro del Vaticano. Sus palabras: «En la Curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad (...) Se habla del `lobby gay', y es verdad, está ahí (...), hay que ver qué podemos hacer», posteriores al descubrimiento, no aclaran del todo si la denuncia de corrupción de Jorge Mario es por la existencia de lobbies dentro del Estado que él dirige o por la existencia de gays. Porque ¿qué es un lobby? Su traducción literal de la lengua de Shakespeare y Aznar significa en castellano «vestíbulo», y hace referencia a las acciones de un colectivo con intereses comunes dirigidas a influir ante las administraciones públicas, al objeto de conseguir de estas decisiones favorables a los intereses de dicho colectivo.

¿Qué intereses puede ocultar el lobby gay vaticanista? Con el 28-J a la vuelta de la esquina, miedo me da.

La infantita Cristina se desayuna con una venta de fincas y tierras por valor de 1,43 millones de euros que le atribuye un informe elaborado por la Agencia Tributaria. Dice no recordar nada. Es más, lo niega en rotundo. A sus tiítas María Margarita Borbón-Dos Sicilias Lubomirska y María Inmaculada y a la primica María Illa García de Sáez Borbón-Dos Sicilias les acusan de blanqueo de capitales. ¿Algún despiste tonto? ¿La cosa siciliana al cuadrado?

A los chicos de la FAO, Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, preocupados por un posible aumento del hambre entre los habitantes de los países empobrecidos, sobre todo en África, se les ha ocurrido solucionar el problema animando a los pobres a comer insectos. ¿Es que ya no hay misioneros? No se me negará que, a todas luces, resulta mucho más nutritivo un muslo de mártir por la fe que una comunidad de isópteros (vulgo termitas) a rebosar de celulosa. Acaso se fueron, con la descolonización programada, los blancos dueños de minas y de industrias madereras. No aporta más proteínas una sola familia como Dios manda de colonizadores que toda una bandada de escarabajos peloteros. Amén de texturas (tan de moda en la gastronomía actual) incomparables.

En Siria existen armas de destrucción masiva. Ya no basta con apoyar a los luchadores de la libertad que devoran el corazón de sus enemigos, como ya ocurrió en Irak, Libia y tantos otros países, la intervención de EEUU se ha vuelto necesaria. El premio Nobel de la Paz, el que iba a cerrar Guantánamo, debe pacificar el Mundo.

La Audiencia Nacional, heredera del TOP, va a juzgar a cuatro personas por el lanzamiento de tres tartas de merengue contra Yolanda Barcina. Piden cinco años de cárcel para cada uno. Lo que hace un total de 20 años, casi siete por tarta ¿Por qué no lapidarlos, la hoguera o el empalamiento en plaza pública como escarmiento democrático?