Según dicho periódico, la CIA ha conseguido visualizar ahora con más claridad qué elementos integran las fuerzas rebeldes que combaten al régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, lo que ha contribuido a la decisión tomada el pasado jueves por el Gobierno de Obama de proporcionarles ayuda militar directa.

«Hoy tenemos relaciones en Siria que no teníamos hace seis meses», asegura Benjamin Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional del presidente Obama, citado por el diario. Gracias a ello, en estos momentos Estados Unidos estaría en disposición no sólo de entregar material bélico en el interior del país, sino de hacerlo llegar «a las manos correctas», añade la fuente.

Desde que se planteó la cuestión de la ayuda militar a los rebeldes, EEUU ha mantenido una actitud de cautela, por el temor a que las armas acabaran en manos de «extremistas islámicos o grupos terroristas» que decidieran volverlas contra Washington o cualquiera de sus aliados en la zona, especialmente Israel.

El «Post» asegura incluso que la decisión de Obama de armar a los rebeldes es anterior a la supuesta constatación, por parte de sus servicios de inteligencia, de que el Ejército sirio ha utilizado armas químicas en varias ocasiones contra sus oponentes.

F-16 y Patriot

Moscú no ve con buenos ojos los movimientos de Washington. El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, dijo ayer que cualquier intento de imponer una zona de exclusión aérea sobre Siria utilizando aviones de combate F-16 y misiles Patriot desde Jordania sería una violación de la ley internacional. Rusia se opone con firmeza a cualquier intervención militar extranjera en el conflicto sirio.