Al menos 25 personas murieron ayer y 122 resultaron heridas en una serie de atentados perpetrados con coches bomba y en un ataque armado en distintos puntos de Irak. Un total de 11 vehículos cargados con explosivos estallaron en varias zonas de Irak, muchas de mayoría chií.

El atentado con más víctimas tuvo lugar en Basora, 560 kilómetros al sur de Bagdad, donde al menos cinco personas perdieron la vida, entre ellas un oficial de policía, y diez resultaron heridas por la explosión de dos vehículos cargados con explosivos. En Wasit, también en el sur, al menos tres civiles murieron y otros treinta resultaron heridos en un doble atentado similar.

Además, otras tres personas perecieron y veinte resultaron heridas por la detonación de un coche bomba en Nayaf, 160 kilómetros al sur de Bagdad.

Fuentes policiales indicaron que otro atentado perpetrado con un vehículo cargado con explosivos dejó dos muertos y 35 heridos en Zi Qar, en el sur del país; mientras que dos policías fallecieron y uno sufrió heridas en un ataque parecido en la localidad de Tuz, situada a 210 kilómetros al norte de la capital. A esas víctimas se sumaron otros dos fallecidos y 21 heridos por explosiones de coches bomba en Mahmudiya y Babel, al sur de Bagdad, y en Madaem.

Asimismo, al menos seis miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes, encargados de la protección de un oleoducto que transporta petróleo a Turquía, murieron y otros cinco resultaron heridos en un ataque contra su cuartel en Al Hadar, 60 kilómetros al sur de Mosul.

El pasado mes de mayo fue el más sangriento en Irak desde hace más de cinco años, con la muerte de 1.045 personas en actos de violencia.