En una entrevista con AFP, el fundador del portal WikiLeaks Julian Assange, recluido desde hace un año entre las cuatro paredes de la modesta embajada de Ecuador en Londres, se mostró orgulloso de sí mismo y de la labor realizada por WikiLeaks.

«Representábamos una pequeña web radical, decidida a publicar la verdad sobre la guerra, sobre los servicios de inteligencia y sobre la corrupción a gran escala, atacando de frente al Pentágono, al departamento de Estado... ¿Nuestras posibilidades de ganar? A priori eran nulas. Pero ganamos», remarcó. Su última aparición pública fue justo antes de Navidad.

Este miércoles hará exactamente 365 días desde que el activista australiano franqueó la puerta de la embajada ecuatoriana, situada a dos pasos del gran almacén de lujo Harrods, para pedir asilo político. Si pone un pie fuera, será detenido y extraditado a Suecia para responder a supuestas acusaciones de agresión sexual, que él niega.

Assange teme que Suecia sea solo una escala antes de su entrega a Estados Unidos, donde podría ser condenado a la pena de muerte o a cadena perpetua por haber filtrado miles de documentos secretos estadounidenses sobre las guerras de Irak y de Afganistán y cables confidenciales del Departamento de Estado.

Durante este año, personalidades de todo tipo han desfilado por la embajada durante su reclusión: la diseñadora Vivienne Westwood, la cantante Lady Gaga, el cineasta Oliver Stone o el ex juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón.

Ayer recibió la visita del ministro de Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, quien, según fuentes diplomáticas ecuatorianas, hoy se reunirá con su homólogo británico antes de ofrecer una rueda de prensa para hablar sobre la situación de Assange, a quien el Gobierno de Rafael Correa ya le ha concedido el asilo político. «Ha pasado un año entero y creemos que es justo, incluso como un gesto de solidaridad con el señor Assange, visitarle, saludarle y decirle que a pesar de las dificultades que tenemos para lograr que Reino Unido acepte nuestro derecho soberano a ofrecerle el asilo, sostendremos nuestra posición y puede contar con Ecuador», manifestó Patiño antes de viajar hacia la capital británica.

El propio Assange reconoció que es «una situación complicada de solucionar, porque hay mucho prestigio en juego, el de Estados Unidos, Reino Unido y Suecia». «¿Qué dónde estaré en un año? En Australia, espero. O en Ecuador. O recorriendo el mundo», manifestó. «Las circunstancias son difíciles, en el aspecto físico. Pero trabajo todos los días. ¿Me pregunta cómo supero las dificultades inherentes al encierro? Mi mente no está encerrada», remarcó Assange.

En la entrevista que mantuvo con la agencia de noticias francesa, también hizo referencia al soldado Bradley Manning, exanalista de inteligencia en Irak, que está siendo juzgado por un tribunal militar por filtrar, precisamente, documentos a WikiLeaks. «Lo que está en juego es el futuro de la libertad de prensa en Estados Unidos y en todo el mundo», advirtió. La sentencia sobre este caso podría clarificar su futuro.