Autoridades de todo tipo y condición, entre ellas una alcaldesa imputada y el príncipe que va camino de quedarse sin trono, inauguraron la linea del AVE entre Madrid y Alacant. Y mientras los afectos al régimen como «La Razón» tiraban cohetes titulando el editorial de ayer «España de alta velocidad», en «Eldiario.es» Isaac Rosa señalaba al rey desnudo. En un comentario titulado «España es un AVE» el lúcido columnista opinaba que «el AVE, con todo lo que significa, puede ser la mejor definición del modelo de país que hemos construido durante las últimas décadas», y añadía que «dice mucho de nosotros, cómo somos, de dónde venimos, cómo hemos llegado hasta aquí». Luego lo explicaba. Lean porque no tiene desperdicio: «Hablamos de un tren carísimo e ineficiente, cuyo coste no se corresponde a su utilización, y que se ha comido más de 34.000 millones de euros, incluido mucho dinero europeo para cohesión. Un tren que refleja la desigualdad económica y social, pues disfrutan de él una minoría para sus negocios y ocios, mientras la mayoría se siente afortunada por montarse un par de veces al año». Vaya, pues no es lo que nos están contando. Añade Rosa que es un tren que «devora recursos pero también territorio, cuyas exigencias (sin curvas ni pendientes) destrozan el entorno por donde pasa, con grandes túneles, viaductos y desmontes; y que favorece la especulación urbanística al emplazar sus estaciones. Un tren que se ha comido buena parte del ferrocarril convencional, secando los recursos públicos hasta el cierre de líneas y la falta de mantenimiento de las restantes».

Pero alguien saldrá ganando, ¿no? Eso también lo explica: «El AVE (...) es además una desmesurada obra pública que ha enriquecido a las grandes constructoras, generando una circula- ción de dinero que en algunos casos acababa en sobres en la sede del partido que adjudicaba esas mismas obras». Vamos, que es un chollo para quienes manejan el cotarro y un negocio ruinoso para los de siempre. Que no es que a servidora, que lee el periódico todos los días, le pille por sorpresa, pero no está de más que alguien lo explique tan bién. Porque Rosa habla de España, pero en este país quieren hacer exactamente lo mismo. Porque, sinvergüenzas, haberlos haylos en todos lados.