El G-8 se limita a pedir una conferencia mundial sobre Siria «lo antes posible»
La cumbre del G-8 en el norte de Irlanda se clausuró con un acuerdo de mínimos que certifica que Rusia y las potencias occidentales mantienen las espadas en alto sobre la cuestión siria. El comunicado se limita a abogar genéricamente por una solución política.
GARA |
Tras dos días de tensos debates, la cumbre del G-8 culminó con un acuerdo de mínimos sobre Siria, que apela a la organización «lo antes posible» de la ya retrasada conferencia internacional pero evidencia que las discrepancias entre Rusia y Occidente se mantienen.
Con una ambigua formulación, el comunicado reitera el compromiso de las ocho potencias «para encontrar una solución política a la crisis» y señala que la conferencia, que aspira a sentar en la misma mesa a las dos partes en la guerra civil, deberá permitir la puesta en marcha de «un gobierno transitorio formado por consentimiento mutuo y que tenga todos los poderes ejecutivos» .
Esta fórmula repite palabra por palabra lo acordado en la primera conferencia internacional del año pasado en Ginebra, de la que esta sería la continuación. Pero no precisa el futuro del presidente Bashar al-Assad. Eso sí, la declaración del G-8 deja la puerta abierta a un futuro para las Fuerzas de Seguridad, sobre todo para el Ejército sirio, que «deben ser preservadas o reestablecidas».
«Terrorismo y extremismo»
En un gesto hacia Rusia y que a la vez constata la creciente preocupación en Occidente por el ascenso del yihadismo en la rebelión siria, el comunicado muestra su inquietud por «la amenaza creciente del terrorismo y el extremismo en Siria y por la naturaleza cada vez más intercomunitaria (sectaria) del conflicto». Como tímida contrapartida, Rusia accedió a que el comunicado incluyera una condena general «de todo uso de armas químicas en Siria» y demande el acceso a una misión de investigación de la ONU a Siria, a lo que hasta la fecha se ha opuesto Damasco.
En el mismo momento de la presentación del acuerdo comenzaron los matices y las tomas de posición. El anfitrión de la cumbre, el premier David Cameron insistió en que «es impensable que al-Assad juegue algún tipo de papel en el futuro del país» árabe.
El presidente ruso, Vladimir Putin, reiteró su posición para evocar, a la salida de la reunión, la posibilidad de que suministre nuevo armamento a Damasco. «Suministramos armas a un gobierno legítimo conforme a acuerdos legales. Si firmamos nuevos acuerdos, los cumpliremos», insistió, en una muestra de firmeza ante Occidente.
El presidente francés, François Hollande, señaló que el presidente electo iraní será «bienvenido si puede ser útil». París ha rechazado hasta ahora la presencia de Irán, defendida por Rusia.