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Acuerdo entre el Gobierno de Mali y los rebeldes tuareg tras año y medio de crisis

El Gobierno de Mali y los rebeldes tuareg del MNLA alcanzaron ayer en Burkina Faso un acuerdo para posibilitar la celebración de elecciones presidenciales. El Ejército entrara en Kidal pero no habrá desarme.

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GARA | UAGADUGU

El Gobierno maliense y los rebeldes independentistas tuareg que ocupan la ciudad de Kidal firmaron en la capital de Burkina Faso, Uagadugu, un acuerdo para permitir la celebración de elecciones presidenciales en todo el país el próximo 28 de julio

En una ceremonia en el palacio presidencial de Burkina Faso, país mediador, ambas partes firmaron un documento que prevé el cese el fuego, el regreso del Ejército a Kidal pero acompañado por fuerzas internacionales, y una retirada a sus bases de los combatientes tuareg.

Bautizado como «Acuerdo preliminar a la elección presidencial y a las negociaciones inclusivas de paz en Mali», el texto es el resultado de diez días de duras negociaciones entre el régimen de transición en Mali y los dos grupos tuareg, el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) y el Alto Consejo para la Unidad de Azawad (HCUA).

Según el ministro maliense de Administración del territorio, el coronel Moussa Sinko Coulilbaly, el acuerdo significa «el comienzo de la reconciliación» y será «un trampolín hacia un nuevo Mali».

Por su parte, el vicepresidente del MNLA, Mahamadou Djeri Maiga, estimó que se trata de «un punto de partida para reconstruir una nación con todos sus componentes étnicos» e hizo un llamamiento a «pasar la página del odio». Las elecciones presidenciales son el objetivo de la comunidad internacional para consolidar al régimen de Mali y superar la crisis más grave de su historia, que comenzó en 2012 con la revuelta tuareg, que llegó a declarar la independencia del territorio.

Pero tras la expulsión del Ejército, grupos yihadistas se hicieron con su control y expulsaron al MNLA hasta que fueron, a su vez, desplazados por la intervención militar francesa. La ciudad de Kidal quedó entonces en manos de los rebeldes tuareg, que rechazaban entregarla al Ejército de Mali.

Para llevar a cabo la votación se prevé que las fuerzas de seguridad malienses de desplacen a Kidal de forma progresiva, y que los combatientes tuareg se retiren. Pese a las demandas de Bamako, no habrá desarme del MNLA hasta que se alcance «un acuerdo global y defintivo de paz» entre las nuevas autoridades malienses y las comunidades tuareg. La mediación burkinesa hizo ver a Mali que el desarme solo puede ser parte de un largo proceso de «desarme, desmovilización y reinserción».

Las autoridades de Bamako se comprometen a que, sesenta días después de su elección, el nuevo presidente de Mali organice conversaciones de paz para determinar el estatuto administrativo de Azawad y estrategias de desarrollo para la zona.

Tropas de la ONU como garantía

Además, el retorno de los soldados malienses estará acompañado pro la futura Misión Integrada de Naciones Unidas para la Estabilidad de Mali (Minusma), que absorberá a la fuerza africana que intervino junto a la francesa. Además, tropas francesas siguen desplegadas en el aeropuerto desde hace meses.

De esta forma se quiere evitar el enfrentamiento. «Son garantías que nos tranquilizan», afirmaron los grupos tuareg.

La voluntad de Bamako se reflejará en si pretende llevar a cabo los mandatos de detención contra los dirigentes del MNLA y del HCUA, que fueron motivo de discordia en la negociación.

Finalmente, el acuerdo prevé crear una comisión internacional de investigación sobre los crímenes de guerra cometidos.

París

El acuerdo fue aplaudido por el Gobierno francés, que lanzó la operación militar contra los grupos islamistas que ocuparon Azawad tras la revuelta tuareg, por el representante del secretario general de la ONU, Bert Koenders, y por la Unión Europea.

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