Hay artículos que a servidora le resulta difícil de creer que hayan sido escritos por personas adultas. Al menos, por adultos con un mínimo sentido de la vergüenza profesional. Porque a lo que presentó ayer José María Marco en «La Razón» lo llaman periodismo pero es otra cosa. La cuestión es que el rey borbón ha vuelto a pasear palmito después de la enésima operación, y en el periódico de Marhuenda, experto en reverencias y lisonjas, hacían de ello el tema del día, incluyendo editorial y comentario del tal Marco. Este comenzaba congratulándose de que «el Rey vuelve a primera línea y retoma la iniciativa que le corresponde en la vida pública española», algo muy importante ya que, apúntenlo bien, «el monarca es la figura que vertebra, de modo literal, la vida española». Ahí es nada. Si no fuera por el cazador de elefantes, todos los habitantes del país vecino serían invertebrados... Asegura el columnista del diario extremocentrista que «el Rey proporciona estabilidad y normalidad a nuestro país. Es un papel muy difícil, que Don Juan Carlos cumple sin embargo de forma ejemplar, con naturalidad y buen humor». Y campechanía, al plumilla se le olvida que es muy campechano.

Después de este recital de peloteo, Marco afirma que «más allá de la cuestión de la salud, la vuelta de Don Juan Carlos a primera línea es importante porque la Monarquía se está viendo sometida a una ofensiva en toda regla, como no se había visto desde hace muchos años». Qué va, ofensiva en toda regla es la que hicieron los franceses en el siglo XVIII, y servidora no diría que por los madriles estén afilando guillotinas. En todo caso, el abajofirmante añade que «las tensiones nacionalistas y las que ha provocado la crisis económica requieren además que se visualice día a día la actividad del Rey en la vida pública». Pues como se visualice día a día la actividad del interfecto, esas tensiones pueden elevarse al cubo. No lo ve así Marco, quien asegura que «la presencia del Rey es el mejor desmentido imaginable a cualquier proyecto de desestabilización y de cambio radical. También es la demostración de que la sociedad española está respondiendo ante la crisis con valentía y generosidad. Ahí donde está la Corona, sabemos que está España en su conjunto, sin reparos, volcada en la defensa de la dignidad de todos». Ya, a ver cuánto tarda la España en su conjunto en volver a Botswana a cazar paquidermos. Periodismo-felpudo deberían llamarlo.