Insurgentes islamistas shebab asaltaron ayer el principal complejo de la ONU en la capital somalí, un ataque que duró hora y media y se saldó con al menos 15 muertos, 7 asaltantes, cuatro guardias y cuatro trabajadores extranjeros, y 18 personas heridas, la mayoría civiles que pasaban por el lugar.

Cuatro eran trabajadores extranjeros, otros cuatro guardias de seguridad y siete eran asaltantes de Al Shabab. Las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom) recuperaron el control del complejo.

El ataque comenzó con la explosión de un coche bomba tras la que entró un comando de kamikazes shebab, bautizados como la Brigada del Mártir, con cinturones explosivos Al Shabab consideró a la ONU «un mercader de muerte y una fuerza satánica del mal» con «un largo y vergonzoso historial de difusión de pobreza, dependencia y descrédito». El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mostró su «estupefacción» por el ataque. Al Shabab, que anunció en febrero de 2012 su unión formal a Al Qaeda, lucha supuestamente para instaurar un estado islámico de corte wahabí en Somalia. Aunque las tropas ocupantes arrebataron a finales del pasado setiembre a Al Shabab su mayor bastión, la ciudad costera sureña de Kismayo, los guerrilleros islamistas todavía controlan buena parte del centro y el sur de Somalia, donde el frágil Ejecutivo del país aún no puede imponer su autoridad.