uno de los pioneros de .cat pone en perspectiva .eus | Amadeu Abril, jurista y promotor del dominio .cat
«Convertir el símbolo en útil interna y externamente será labor de años»
Los que le conocen bien dicen que es unos de los mayores expertos sobre los dominios e internet en Europa. Quien le escuche pronto se dará cuenta de que es cierto. Sus recomendaciones y su ayuda han sido determinantes a la hora de lograr el reconocimiento por parte de la ICANN del dominio .eus. ¿Y ahora qué? Amadeu Abril lo tiene claro: «lo primero, celebrarlo».
Iñaki SOTO | BILBO
Nos reunimos con Amadeu Abril (Barcelona, 1961) en los prolegómenos del evento que la Fundación PuntuEus organizó el pasado viernes para celebrar el reconocimiento del dominio de la comunidad del euskara y la cultura vasca en internet. Cuando llegamos vigila nervioso los preparativos del acto en el Bizkaia Aretoa de la UPV-EHU. Nada más empezar la entrevista los nervios parecen disiparse y se transforman en pasión por compartir con los vascos su experiencia con .cat y su conocimiento sobre la materia. Lo que pretendía ser una entrevista pasa a ser una conferencia privada: una única pregunta a la que sigue casi media hora de reflexión profunda, salteada con ejemplos variados, dosis de humor y mucha pedagogía.
Según Abril lo que toca en este momento es «celebrarlo». Insiste en que «no es broma», y seguramente tiene que ver con otro punto que destaca más adelante. Una vez asegurado su funcionamiento, la Fundación, apoyada por medios de comunicación e instituciones públicas debe lograr que este hito se convierta en un «éxito social, es decir, que la gente que está muy contenta de tener .eus, lo utilice». Ese logro debe ser colectivo y compartido, tal y como subrayaría posteriormente en el acto Iratxe Esnaola, «porque un símbolo no puede funcionar solo», remacha Abril.
Y es que las celebraciones deben dar paso al trabajo, que acaba de empezar. Y entender esto requiere un cambio de chip. «Ahora viene la parte difícil. Hasta ahora ha sido como un examen, aprobamos, todo el mundo está contento, pero ahora que ya tenemos el símbolo, hay que convertirlo en útil interna y externamente. Eso es una labor de años», sentencia.
«Ahora lo que hace falta es, primero, que .eus funcione como dominio, porque si no no hay nada que hacer». Abril, cuyo primer contacto con los promotores de PuntuEus fue en 2007, muestra plena confianza en la Fundación. Pero, ¿en qué consiste que funcione la herramienta? Básicamente, en que tenga un buen funcionamiento desde el punto de vista de servicio. «Hay que ponerlo en la calle, hacerle entender a la gente cuáles son las fases para conseguirlo, cómo conseguirlo, por qué tiene estos precios, por qué luego bajan, porque tiene estas normas, por qué luego se relajan... esa es la primera parte, la típica de cualquier nombre de dominio». Evidentemente, en este terreno asegurar la financiación es crucial. El siguiente paso es lograr que sea útil, «lo que significa que lo utilice mucha gente y que lo utilice para cosas diversas, que no sea un dominio solo para escuelas o instituciones publicas, o solo para asociaciones o solo para particulares, sino que sea un dominio normal en el que haya todo tipo de actividades, como es la sociedad, en la que hay actividades comerciales, no comerciales, sociales, deportivas... de todo tipo».
Por último, «hay que lograr que esa utilidad social se traduzca en una de las finalidades de .eus: que haya más y mejores contenidos en euskara, es decir, normalizar». Este es uno de los grandes valores de tener un dominio propio. Mirando al caso catalán, Abril recuerda que «cuando se aprobó el .cat, nos dimos cuenta de que había mucha que gente que era muy feliz de que se había aprobado. Gente que jamás había registrado un dominio, gente que jamás registró un dominio después, y que apenas sabía para qué servía, pero para ellos era un signo de normalidad, es decir, en internet somos un poco más normales, como catalanes, de lo que somos en otros sitios». Para reforzar esa idea, subraya que «regalar a la gente un espacio de normalidad es importante».
Una de las entidades que más ayudó en la socialización de .cat fue la red telemática del Departamento de Educación, al suponer que toda escuela y maestro catalán tuviera una dirección .cat. Entidades como el Barça o la federación de corales informaran a sus socios del logro de .cat. También menciona a Google, por la dimensión que le da.
Es evidente que existen dificultades, que Abril cifra en tres concretas: la primera es el momento, muchos años después de la creación de internet, cuando las normas y las costumbres están ya muy establecidas y la posición hegemónica de .com es evidente. «El dominante, los cien millones de .com, pesan muchísimo. Nadie se debe preguntar por qué tener un .com, es superevidente, aunque no hagas actividades comerciales, .com es internet; el reto es conseguir que .eus signifique `nosotros en internet'». El segundo problema es que ahora vienen muchos dominios, algo que no ocurrió cuando se autorizó .cat. «.cat se aprobó con seis nuevos dominios; .eus se aprobará con 1.300 dominios. Eso es ficticio, porque de esos 1.300, 1.000 no los vas a ver nunca; 200, los vas a ver una vez y 100 te van a sonar. Por tanto no es tan grave, pero significa más trabajo para la Fundación hacerse visible». El tercer problema es la crisis económica, que hace que la gente se piense dos veces gastar, también en estos temas.
Pueden darse otro tipo de problemillas, en particular con esas personas que Abril denomina «sheriff nocturnos». En un primer momento, tras conseguir .cat, Abril recibía a las tantas de la noche bastantes emails exigiéndole que borrase a, por ejemplo, google.cat, «porque no se ha activado o no cumple tal criterio». Para Abril resulta curiosa «la cantidad de gente que tiene más interés en ver si tal dominio debería borrarse que en conseguir tres nuevos». Por adelantarse a este problema, Abril aclara que «no se le puede pedir al Consorcio de Promoción Turística del País Vasco o de Navarra, que se dirige a mí, o a la UPV-EHU, que tengan la página solo en euskara».
Para él el problema no es ese, sino lograr que el mayor número posible de organismos y empresas -pone el ejemplo de BMW- utilicen .cat o .eus. «Esas empresas te dicen literalmente que tienen el dominio registrado pero que no tienen nada en catalán, y que no saben cómo hacerlo. Nosotros les ayudamos a hacer la página de contacto en catalán». Cree que el «sheriff nocturno» podría ayudar en esta labor, en vez de dedicarse a intentar vetar esa realidad.
Volviendo al plano simbólico y rozando el político, Abril cree que «.eus, sin ser un milagro, es una herramienta muy poderosa para decir `existimos'. Después hay que tener un discurso y hay que ayudar, pero como mínimo es una forma de que, si en el mapa sociopolítico no aparecemos, ni nosotros ni vosotros, en el mapa de internet de golpe y porrazo ya estamos presentes».
Para terminar, ¿que cuál fue la pregunta que le hice? La siguiente: «Desde la experiencia .cat, ¿qué pasos debe dar ahora PuntuEus?». Pero él se empeñó en, de un tirón, detallar cuáles son los pasos que debería dar esta sociedad para hacer de este logro un «éxito social compartido». Hagámosle caso.
«.eus debe ser como es la vida, debe ser ‘nosotros en internet’»
Abril da importancia al ámbito empresarial, seguramente porque es uno de los que, en principio, podría ser más reacio. «El mundo empresarial es específicamente militante de los beneficios y eso es lógico, no les puedes culpar. No deben ellos hacer batallas que no les corresponden, pero debes facilitarles la vida». Pone un ejemplo al respecto: «hay muchos empresarios que dicen ‘oiga yo tengo .cat, pero si lo utilizo, tal y como están las cosas por las Españas, ¿a mí no me crea ningún problema? Cuando Telefónica, poco sospechosa, puso un .cat y tenía una página para sus actividades en Catalunya, mucha gente activó el .cat que había registrado». Lo mismo ocurrió con Google, que tardó unos meses en activar su dominio .cat hasta que vio que funcionaba bien. «Si Google tiene .cat significa que las cosas de prestigio pueden estar en .cat, porque la gente funciona así: ‘si Google lo tiene, cómo no lo voy a tener yo?’», afirma.
«Para entendernos», explica, «si GARA, el Athletic, Euskaltel, MCC, la Universidad de Deusto, el restaurante de Arzak, la sociedad gastronómica tal y el Ayuntamiento de Errenteria… no utilizan el dominio, si nadie utiliza como dominio principal el .eus, por mucho que le dé valor, es como ir a vivir a un barrio desierto. Si esa parte de la ciudad está desierta no vas, por mucho que te guste esa ciudad». Por eso, añade, la clave es «conseguir que haya contenidos de calidad, conseguir que la gente desde el principio, vaya a muchos sitios con dominios .eus, es lo que hace que otra gente lo adopte, lo utilice». I.S.