El Ibex sigue sumido en la depresión desde el pasado miércoles, día en el que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, abría la puerta al inicio de la retirada de los estímulos a finales de año. Ayer, tras un primer intento de rebote, volvían adueñarse de la gráfica del Ibex los vendedores, que están empujándola hacia el soporte de los 7.500 puntos, una línea fundamental para pensar en una factible salida al alza. Pero todo parece estar en contra. Dentro del Estado español, la prima de riesgo escalaba posiciones hasta el entorno de los 330 puntos, mientras que la rentabilidad del bono se ha encaramado al 5%, un nivel que no se conocía desde marzo. Además, los índices de uno y otro lado del Atlántico tampoco se libran de las presiones bajistas. El Ibex acabó la sesión con 7.553,20 puntos -nuevos mínimos anuales-, después de ceder un 1,91%. En lo que va de año recorta un 7,52%. Por su parte, Londres cayó un 1,42%, Fráncfort, un 1,24%, y París, un 1,71%. La bajada del Cac le lleva a perder un 1,25% en el ejercicio, mientras que el Dax (+1,05%) y el FTSE 100 (+2,23%) todavía salvan una escueta revalorización. En el Ibex, los peores fueron Acciona y Popular al retroceder más de un 4%. Entre los pesos pesados, todos en negativo, los más castigados fueron Repsol y Banco Santander, con pérdidas superiores al 2%. En el lado de las ganancias, sobresalía Abengoa (+4,09%), que saldrá del Ibex el próximo 1 de julio y su lugar será ocupado por Ebro Foods. En el Cac, Vallourec, ArcelorMittal y Carrefour restaron más de un 3% a sus precios, mientras que solo Lafarge (+1,94%) cerraba al alza.