La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, propuso ayer durante una reunión con gobernadores y alcaldes de todo el país la convocatoria de un referéndum que posibilite un proceso constituyente «específico para hacer la reforma política que el país tanto necesita». Dicha reforma abordaría una serie de pactos para lograr mejoras en el ámbito fiscal, así como el combate a la corrupción y la construcción de un sistema único de salud.

«Traigo propuestas concretas para encontrar soluciones», afirmó ayer. «En los últimos años, Brasil ha pasado por el mayor proceso de desarrollo de su historia, acompañado por mayores libertades democráticas y crecimiento económico», añadió. La mandataria también se reunió con representantes del Movimiento Pase Libre, que ha liderado las protestas que han sacudido Brasil las dos últimas semanas.

Pese a que los brasileños continúan saliendo a las calles para protestar y a que las manifestaciones son apoyadas por el 75 % de los encuestados, las movilizaciones perdieron vigor desde el jueves, cuando movilizaron a casi 1,2 millones de personas en un centenar de ciudades. El domingo, las protestas se limitaron a una veintena de ciudades y la mayor tan sólo congregó a unas 4.000 personas en Río de Janeiro. Tres de cada cuatro brasileños apoya la ola de manifestaciones, de acuerdo con una encuesta elaborada por el Instituto Ibope para la revista brasileña «Epoca». Pero solo el 6% reconoce haber participado en alguna de las protestas

Dos mujeres que participaban en una protesta-corte de carretera en Luziana, municipio del estado de Goiás próximo a Brasilia, murieron atropelladas por un coche que se dio a la fuga.