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Rousseff plantea un plebiscito sobre la reforma política sin Constituyente

El Gobierno de Dilma Rousseff convocará antes de octubre un plebiscito sobre la reforma política que cientos de miles de brasileños reclaman desde hace dos semanas en las calles y que languidece desde 1998 en el Parlamento, aunque sin la Asamblea Constituyente que propuso el lunes. La presidenta se reunión con las principales organizaciones sindicales, que mantienen la jornada de protestas convocada para el 11 de julio.

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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, propone un plebiscito para hacer una reforma política sin convocar a una Asamblea Constituyente, tras dos semanas de masivas protestas a las que se sumaron los principales sindicatos con una convocatoria a huelgas y movilizaciones el 11 de julio.

«La presidenta encaminará a los presidentes de la Cámara y del Senado la propuesta del Ejecutivo para la realización de un plebiscito», informó el martes el ministro de Educación, Aloizio Mercadante. «No tenemos tiempo hábil para realizar una Constituyente», la propuesta inicial de Rousseff, añadió.

El ministro dijo que todo se hará lo antes posible ante la inminencia de las elecciones presidenciales de octubre del próximo año en Brasil.

«El objetivo es la brevedad porque cualquier cambio legal se hace hasta un año antes de la vigencia de una elección», explicó Mercadante.

Haciendo frente a las mayores protestas en dos décadas, que exigen mejores servicios públicos y el fin de la corrupción arraigada en la clase política, Rousseff anunció el lunes un paquete de propuestas que incluían un plebiscito para convocar una Asamblea Constituyente que llevase a cabo una pro- funda reforma política. Pero la propuesta de una Constituyente generó polémica entre parlamentarios y cosechó las críticas de juristas, que la consideraron fuera de la normativa legal.

Rousseff se reunió el martes con los presidentes de la Corte Suprema, primero, y después de la Cámara y el Senado para debatir su propuesta y finalmente se acordó la realización de una consulta sobre la reforma política del país.

Rousseff consultará a los partidos para definir las preguntas que serán planteadas a la población.

«Hay una necesidad en Brasil de incluir al pueblo en las discusiones sobre reformas, Brasil está cansado de reformas de cúpula», dijo Joaquim Barbosa, presidente de la Corte Suprema, tras reunirse con la mandataria.

Protestas y reunión

El anuncio realizado por el Gobierno brasileño no acalló, no obstante, las protestas que, con menos intensidad que en jornadas anteriores, se repitieron en una veintena de ciudades, con grandes marchas en Brasilia y en la región de Minas Gerais. EN su capital, Belo Horizonte, se vivió una jornada de tensión por las protestas convocadas coincidiendo con la semifinal de la Copa Confederaciones, contra la que también apunta la indignación de la calle, en la que se enfrentaron Brasil y Uruguay.

Ayer, la presidenta mantuvo un encuentro con dirigentes de las principales organizaciones sindicales del país, entre ellas la Central Única dos Trabalhadores (CUT) y Força Sindical, en el que se analizó la situación generada por las manifestaciones que sacuden Brasil desde hace dos semanas. Sin embargo, el presidente de Força Sindical, Paulo Pereira da Silva, dijo que Rousseff declinó conversar sobre las demandas que plantean los sindicatos.

El presidente de la CUT, Vagner Freitas, no obstante, dijo que la reunión con Rousseff «no había sido convocada para discutir las pautas de los trabajadores" sino para «analizar el actual momento político del país».

Pese a sus divergencias sobre los resultados de la reunión con la presidenta, los sindicatos ratificaron la «jornada de lucha» convocada para el próximo 11 de julio, a la que hasta ahora se han adherido, además de la CUT y Fuerza Sindical, otras tres grandes organizaciones sindicales.

Entre las demandas de los sindicatos figuran la reducción de la jornada laboral, reajustes en las pensiones de los jubilados y mayores inversiones en las áreas de salud, educación y transportes, una exigencia planteada en las protestas de estos días.

Las protestas espolean a un Congreso ajeno al pueblo

El Congreso brasileño, la institución más desprestigiada del país y donde languidecen desde hace años proyectos fundamentales para reformar el país, demoró sólo unas horas para responder a casi todas las demandas de las protestas en las calles. En las redes sociales, canalizadoras del descontento, circulaba una broma: «Sólo falta que suspendan el Mundial».

Transporte de calidad y más barato, presupuestos para salud y educación, el rechazo a una propuesta que impedía a la Fiscalía investigar la corrupción, así como el gasto público en el Mundial de fútbol de 2014 están en la agenda de las protestas que sacuden a Brasil desde hace dos semanas. A casi todo, el Congreso le dio alguna respuesta en unas pocas horas este martes.

La Cámara de Diputados, sumergida en un inesperado frenesí de votaciones, rechazó el proyecto PEC 37, que excluía a la Fiscalía de las investigaciones de corruptelas, y además destinó el 75% de las regalías del petróleo a la educación y el otro 25% a la salud. Fueron votaciones apresuradas, casi sin discusión, provocadas por la presión de la calle.

La PEC 37, que hasta hace quince días nadie dudaba de que sería aprobada, fue rechazada con 430 votos en contra, nueve a favor y dos abstenciones.

Además, el presidente del Senado, Renan Calheiros, cuya renuncia piden los manifestantes por sospechas de corrupción, anunció que se discutirán sendos proyectos de ley que proponen destinar el 10% del PIB a salud y el mismo porcentaje a educación, y que se votarán propuestas para endurecer las penas para delitos de corrupción.

Pidió que las regalías del petróleo financien transporte gratuito para los estudiantes, y declaró que aceptará cualquier proyecto «para reducir el número de ministerios» -24 en la actualidad- y su elevado gasto. E. DAVIS

1.500 militares

Un total de 1.500 militares fueron desplegados ayer para proteger el estadio Mineirao de Belo Horizonte, donde se celebrará el partido entre Brasil y Uruguay, tras la convocatoria de una masiva protesta en las calles de la ciudad.

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