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CADUCIDAD DE LOS CONVENIOS | koldo irurzun, profesor de derecho al trabajo en la upv-ehu

«La desigualdad en las condiciones laborales va a distorsionar el mercado»

Ante la pérdida de ultraactividad de los convenios, Koldo Irurzun dibuja la situación que pueda surgir a posteriori y destaca dos cuestiones: las desigualdades que se pueden generar entre los trabajadores y la ruptura del modelo de negociación hacia unas relaciones individualizadas.

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I.O.

¿Qué panorama se presenta a partir del 7 de julio?

Las situaciones van a ser muy diversas porque hay convenios colectivos que ya tienen pactadas cláusulas de vigencia prorrogada hasta que no se sustituya por nuevos convenios. El gran problema se va a plantear respecto de los que no tienen ese tipo de cláusulas. Ahí la interpretación lógica por parte de los trabajadores y los sindicatos va a ser la que han hecho algunos destacados juristas, que es que las condiciones de convenio se siguen manteniendo en contrato aunque el convenio desaparezca porque se entiende que hay una especie de integración.

Seguro que habrá pronunciamientos en los tribunales de todo tipo, pero lo que se va a producir es una litigiosidad muy grande, porque de primeras las empresas se van a sentir legitimadas para adoptar decisiones desentendiéndose de esos convenios. Lo que más va a distorsionar el mercado de trabajo es que se va a producir un gran dumping laboral. Cada empresa es posible que adopte decisiones distintas y nos vamos a encontrar con situaciones de mucha desigualdad en las condiciones laborales, aplicación de anteriores convenios, nuevos acuerdos superiores al mínimo legal pero inferiores al anterior convenio, aplicación de los mínimos legales. Todo esto va a ejercer una presión a la baja de los salarios.

¿Cómo ve la situación respecto a la negociación de nuevos convenios?

Una vez que se ha roto el equilibrio y que el tiempo corre en contra de los trabajadores porque se les genera una situación de inestabilidad y de pérdida de condiciones, obviamente quien tiene una mejor posición negocial es la parte empresarial. De hecho las asociaciones empresariales ya se están moviendo sin ningún tipo de premura.
Aquí podríamos discutir si realmente se está produciendo una buena fe en la negociación, que es lo que ordena el Estatuto de los Trabajadores. Esta puede ser una justificación que utilicen algunos tribunales para condenar algunas empresas, como con los ERE.

De todas formas, me gustaría plantear una cuestión, y es que estas normas rompen un equilibrio en la negociación colectiva que estaba instaurado desde el año 80. Ese es el objetivo que buscaba el Gobierno Rajoy. Sin embargo, parece que el Gobierno de Urkullu está queriendo jugar una posición de neutralidad intentando que las partes alcancen un acuerdo. A mi juicio, aquí no cabe ese tipo de posiciones. Cuando se ha roto un equilibrio no se puede pretender una posición de neutralidad. Está claro que lo que toca es restaurar la situación anterior y, sin embargo, el Gobierno de Urkullu parece que está jugando a que hay un nuevo escenario e intentando nuevas recomposiciones de fuerzas. No se trata de eso, lo que tiene que reconocer el Gobierno es que ha habido una pérdida completa de los equilibrios que existían y, por tanto, su posición debiera ser de tratar de restañar esa situación anterior y plantear a la patronal que perfectamente puede no aplicar. Esa posición de neutralidad no es tal, es un alineamiento con dar vía libre a las reformas que se están haciendo.

¿Cree que desaparecerán los convenios sectoriales?

Los convenios provinciales y sectoriales no pueden desaparecer por una sencilla razón: tenemos un tejido productivo con unas empresas de una dimensión muy pequeña. El 90% son empresas de menos de 25 trabajadores, y el 60% de menos de seis. En esas empresas, donde muchas veces ni tan siquiera hay representantes de los trabajadores, difícilmente se van a alcanzar convenios colectivos. Por tanto, esos trabajadores necesitan que sigan existiendo los sectoriales.

También les conviene a las empresas, porque el dumping que se produzca será muy grande. El convenio colectivo no solo sirve como garantía para los trabajadores, sino para establecer una reglas mínimas de competencia entre las propias empresas.

¿Hacia qué modelo de negociación vamos?

Nos llevará adonde los trabajadores dejen que esto conduzca. La pretensión es conducir a un marco de relaciones laborales lo más individualizada posible, la vuelta a la revolución industrial donde las relaciones laborales se regían individuo por individuo y prácticamente por el derecho civil, esa es su modernidad. ¿Para qué? Pues para la debilidad individual de los trabajadores frente al empresario.

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