El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 6 de Bilbo ha obligado al Gobierno de Gasteiz, en contra de la voluntad de este, a distinguir como «acto de servicio» la actuación de un agente de la policía autonómica afectado por un atentado cometido en 2008 por ETA contra la comisaría de Ondarroa, y a otorgarle la Medalla al Reconocimiento de la Labor Policial.

La sentencia acepta el recurso presentado por el agente contra una resolución dictada por Lakua que, inicialmente en marzo de 2012 y en segunda instancia en setiembre de 2012, desestimó el reconocimiento de acto de servicio y la posterior concesión de una medalla.

Para reclamarla, el agente del cuerpo autonómico alegó que su actuación tras el atentado reunía los requisitos previstos por la ley para ser considerada como acto de servicio, al exceder las tareas propias de su cargo de jefe de suboficial en funciones de jefe de operaciones. Según sostuvo el demandante, estando herido abandonó la comisaría para establecer junto a otros compañeros un cordón policial y organizar el traslado de un agente herido.

Tras esta actuación, regresó a la comisaría para acceder al puesto de comunicaciones y poder coordinar los recursos de emergencia, pese a que, según alega, el edificio podría desplomarse y exigir otros «explosivos». Subraya que eso supuso «un riesgo para su vida e integridad física».

Lakua: actitud «normal»

El agente argumentó que merecía la medalla porque, gracias a dicha coordinación, «todos los recursos llegaron al lugar de una forma rápida».

El Gobierno de Gasteiz, por contra, rechazó la versión del ertzaina, tras descartar que el edificio de la comisaría presentara riesgo de derrumbe. De igual forma, determinó que la actuación del agente había sido «normal» desde la perspectiva del comportamiento exigible.

La magistrada, sin embargo, estima que Lakua «debe promover medidas de satisfacción moral y reconocimiento social a las víctimas del terrorismo».