Wimbledon
Se cierra una primera semana nefasta para los favoritos
Las eliminaciones de Nadal y Federer, unido a las bajas por lesiones, confirman lo exigente del calendario, sin apenas descansos, una reclamación continua de los jugadores en estos últimos años.
Guillermo XIMENIS | EFE
La primera semana de Wimbledon ha igualado el peor resultado en la historia de los Grand Slam para los diez primeros cabezas de serie del cuadro femenino y masculino. Tan solo seis de los diez primeros favoritos y cuatro de las favoritas alcanzaron la tercera ronda del torneo, una calamidad que equivale a la que se registró en el All England Club hace 17 años, cuando solo cuatro hombres y seis mujeres del «top 10» llegaron a esa fase, y al Roland Garros de 1998, cuando lo hicieron dos hombres y ocho mujeres. La caída de Rafa Nadal en primera ronda y la de Roger Federer, en segunda, ha hecho saltar las alarmas en un torneo en el que un número también inusitado de lesionados ha dejado el cuadro más despejado de lo habitual.
La sangría de favoritos ha dejado al local Andy Murray, segundo cabeza de serie, como el aspirante más claro para llegar a la final por la parte baja del cuadro, mientras que el número uno, el serbio Novak Djokovic, aspira a alcanzar también el último encuentro con el permiso de rivales como David Ferrer, tercero de la ATP a partir del lunes, y el argentino Juan Martín del Potro, octavo favorito.
El apretado calendario del circuito, que apenas deja descanso a los tenistas entre cada torneo y que el año pasado fue especialmente denso debido a los Juegos Olímpicos de Londres, es una de las quejas más repetidas entre los jugadores. Así las cosas, todos esperan que la semana adicional con la que contarán a partir de 2015 entre Roland Garros y Wimbledon ayude a devolver al torneo londinense algo del nivel que parece haber perdido.
No es casualidad que este año tan solo 12 partidos en las primeras rondas del cuadro masculino hayan alcanzado los cinco sets, el récord negativo en ese sentido en toda la historia del torneo en la Era Open. Los jugadores llegan al tercer Grand Slam de la temporada con las fuerzas al límite, lo que contribuye a que las lesiones se produzcan con mayor facilidad sobre la hierba, la superficie más exigente del circuito.